Almodóvar bucea en el cine negro


El director español Pedro Almodóvar presentó este viernes en Madrid su último filme, «Los abrazos rotos», un drama entremezclado con cine negro con Penélope Cruz como protagonista en el que sobre todo quiere proclamar su amor por el cine.


Con «Los abrazos rotos», el célebre director se adentra más en el drama y en el «thriller», géneros en los que dice estar especializándose, pero sin abandonar del todo la comedia y sin renunciar totalmente a su caracterí­stico ambiente pop.

El decimoséptimo filme del célebre director, de 57 años, es un «melodrama que se solapa con el «noir»», describió durante la presentación a la prensa de la pelí­cula, que se estrena en España el 18 de marzo y en el resto de Europa en mayo.

Su creciente gusto por las historias dramáticas lo atribuye a que se está «convirtiendo en una persona mayor»: «Me estoy especializando en un tipo de drama que se hace cada vez menos»; «la condición humana, un tema que cada vez me interesa más y de un modo natural», explicó, acompañado por Penélope Cruz y por prácticamente todos los actores.

Además dijo sentirse muy «satisfecho» de «la parte puramente de «thriller»» de la pelí­cula.

Su amor por el cine lo expresa con recursos como el filme dentro del filme –que ya habí­a utilizado–, el guiño a anteriores obras suyas, cuyas actrices aparecen, y la inclusión de una imagen de la pelí­cula «Te querré siempre», del italiano Roberto Rossellini.

Todo ello porque en su última obra, además de haber «varias historias de amor cruzadas», hay «una historia de amor que subyace: es mi historia de amor con el cine», «es una declaración mí­a al cine», proclamó.

«Chicas y maletas», la pelí­cula dentro de «Los abrazos rotos», es un guiño a «Mujeres al borde de un ataque de nervios» (1988), su primer gran éxito fuera de España.

Los anteriores filmes «forman parte de mi biografí­a», «en el momento de ponerme a escribir están presentes» y además «puedo servirme de algo que ya he hecho y puedo manipular», explicó.

En los pequeños papeles que da a Rossy de Palma, Chus Lampreave y Kity Manver hay «un homenaje implí­cito al cine que he hecho con ellas (…) y a las buenas escenas que han rodado conmigo», explicó.

Y sobre todo vuelve a dar el papel protagonista, esta vez el de Lena, a Penélope Cruz después de hacerlo en su anterior filme, «Volver», que fue candidata al Oscar.

Para Cruz, que acaba de ganar uno por «Viky, Cristina, Barcelona», se trata del cuarto rodaje con Pedro, quien ya ha conseguido dos estatuillas por «Todo sobre mi madre» y «Hable con ella».

«Querí­a una Penélope absolutamente inédita», precisó el director, que reconoce que «hay un exceso de imágenes de Penélope», quien «está en un momento culminante».

Interesarse en otros géneros no quiere decir que abandone totalmente la comedia, que utiliza como base de «Chicas y maletas» y para un solo personaje, la lectora de labios.

Almodóvar se inspiró para este rol en una cadena de televisión española que retransmitió en 2004 la boda del prí­ncipe heredero Felipe y de Letizia Ortiz y que se sirvió de un lector de labios para saber qué le decí­a ella a él.

«Los abrazos rotos» tiene su origen en una fotografí­a que su autor sacó hace años en la isla de Lanzarote (Canarias) de una playa de arena negra y una pareja que fotografió sin darse cuenta.

La foto y la isla aparecen en el filme, cuyo director de fotografí­a es el mexicano Rodrigo Prieto.