Alma deja su huella


Vista del cementerio de Parritas, a unos 150 kilómetros al sudeste de San José, mismo que fue inundado por el rí­o Parritas durante las fuertes lluvias de ayer.

La tormenta Alma que azotó con fuertes vientos el noroeste de Nicaragua, arrancó techos, árboles y postes del tendido eléctrico y dejó cientos de desplazados, informaron las autoridades, que intentaban confirmar la muerte de dos personas por la tragedia.

Julia Rí­os LEON

En León, Nicaragua, decenas de personas fueron afectadas por las torrenciales lluvias de la tormenta tropical Alma que tocó sus tierras anoche.Un automóvil es arrastrado a través de una calle inundada por el rí­o Parritas durante las fuertes lluvias.

El centro de la tormenta impactó en la costa nicaragí¼ense a las 16:00 horas locales el jueves, en el balneario de Poneloya, 134 km al noroeste de Managua, en el departamento León, según datos de la Defensa Civil.

Al menos unas 40 viviendas fueron dañadas parcialmente por los vientos e inundaciones, 80 postes del tendido eléctrico estaban en el suelo, según los daños preliminares contabilizados por la Defensa Civil.

La tormenta habrí­a dejado al menos dos muertos, un pescador de 31 años cuya lancha se volcó en alta mar durante el temporal en las costas de Masachapa (Managua) y otro que se habrí­a electrocutado al tocar un cable, en el departamento de Carazo (noreste), según informes aún no confirmados por la Defensa Civil.

Las autoridades del municipio de León, el más castigado por los fuertes vientos e intensas lluvias, destacaron la disciplina de la población en acatar las medidas de la defensa civil lo que evitó más ví­ctimas humanas.

«El huracán nos pegó bien duro. Salio del mar y de tajo arrancaba los techos y los árboles», dijo a la AFP, Marí­a Lourdes Esquivel, que habita en Poneloya, un balneario en el oceáno Pací­fico.

Ella junto con varios vecinos fueron evacuados a un centro de refugio en la ciudad de León, la más castigada por las lluvias y vientos que acompañaban a la tormenta tropical, la primera que se forma en el oceáno Pací­fico en este año.

«Vivimos frente al mar y daba miedo cuando mirabamos la oscurana y aquel viento horrible; los niños comenzaron a llorar porque los palos (arboles) empezaron a caer», contó Marina Lezama.

«Por primera vez que estoy viendo esto. Fue de repente porque en la noche no tení­amos información de que podí­a venir un huracán y en la mañana nos estaban alertando», dijo todaví­a nerviosa por la experiencia vivida otra mujer cuyo marido quedó al cuidado de su casa en Poneloya y del cual no tení­a noticias.

El hospital-escuela Oscar Danilo Rosales, pasaba una emergencia con decenas de pacientes aglomerados en los pasillos sobre camillas o el piso, debido a que dos plantas de las cuatro que conforman el edificio fueron dañadas por la lluvia y el viento, refirió su director, Ricardo Cuadra.

El alcalde de León, Tránsito Téllez, manifestó que la primera acción fue evacuar a la población en mayor riesgo y que se preparaban para atender la emergencia con alimentos y abrigo el tiempo que fuera necesario.

La tormenta tropical Alma, tras afectar Nicaragua, se internó en Honduras donde también provocaba lluvias intensas.