Un puñado de presidentes negros retratados en películas y series de televisión han ayudado a los electores estadounidenses a acostumbrarse a la idea elegir al primer comandante en jefe negro del país, según señalaron analistas.
Fue con un Sammy Davis Jr de apenas siete años en la comedia de 1933 «Rufus Jones para Presidente» o Morgan Freeman en la cinta «Deep Impact» de 1998, que Hollywood eligió a personalidades afroamericanas para ocupar el salón oval de la Casa Blanca mucho antes de que Barack Obama llegara a ser candidato para esta misma tarea en la vida real.
Sin embargo los académicos creen la representación cada vez más frecuente de presidentes negros en películas de gran éxito o populares programas de televisión han ayudado a que el electorado de este país sea más receptivo hacia Obama, considerando que se trata de una sociedad con heridas y divisiones profundas en el plano de la tolerancia racial.
John W. Matviko, autor de «The American President in Popular Culture», cree que la inmensa popularidad de Obama entre los votantes más jóvenes se puede explicar parcialmente a la influencia de Hollywood.
«Una de las funciones de la cultura popular es introducir ideas que están en el límite de lo tradicionalmente aceptable, por lo cual después de cierto tiempo, se convierten en aceptables», dijo Matviko.
«Es una forma muy sutil de persuasión», agregó el profesor.
«Parte de la popularidad de Obama entre los jóvenes puede ser porque han visto representaciones muy positivas de presidentes negros. Por lo tanto la idea se convierte en un lugar común, y deja de ser un tema», apuntó Matviko.
Desde el estreno en 1972 de «The Man», protagonizada por James Earl Jones y que se considera el primer filme de divulgación masiva que puso en la gran pantalla a un presidente negro, solo un puñado de películas y series han reservado papeles similares a los actores afroamericanos.
El actor Dennis Haysbert, que desempeñó uno de los presidente negros de más alto perfil durante dos temporadas de la exitosa serie de televisión «24» antes de que su personaje fuera asesinado, cree que han sido una influencia entre el electorado.
Haysbert dijo al diario Los Angeles Times en una reciente entrevista que no tenía ninguna duda de que su personaje ayudó a cambiar las actitudes entre la gran audiencia.
«Franca y honestamente, lo que mi papel hizo y la forma en que pude desempeñarlo y la forma en que los guionistas lo construyeron abrió los ojos del público estadounidense de que un presidente negro era viable y podía pasar», opinó Haysbert.
Pero Todd Boyd, un experto en cine y cultura afroamericana en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California, se mostró escéptico frente a la posibilidad de que Hollywood haya influencia la carrera presidencial de 2008.
«Dudaría un poco al decir que porque James Earl Jones o Morgan Freeman o Dennis Haysbert desempeñaron papeles de presidente en la televisión o el cine, Barack Obama puede ser presidente», dijo Boyd a la Radio Nacional Pública.
No obstante, Boyd fue condescendiente al afirmar que las representaciones de mandatarios negros «podrían inconscientemente haber hecho cosas en la sociedad para que dejaran de ser problemáticas».
Robert Thompson, profesor de cultura popular en la Universidad de Syracuse University, coincidió con Boyd al sostener que la popularidad de Obama se debe nada más que a su carisma personal y está relacionado con el activismo negro de los años 1950 y 1960.
Sin desestimar el poder de influencia de Hollywood, Thompson apuntó que «atribuir a Morgan Freeman o Dennis Haysbert una porción del éxito de Barack Obama, es subestimar el alcance del movimiento de defensa de los derechos civiles y el carisma de Barack Obama».