Alianzas inconsistentes


Editorial_LH

Cuando los partidos polí­ticos se unen por intereses de momento, no pueden realmente conformar alianzas sino que únicamente componendas para repartirse el pastel. En ese contexto resulta totalmente explicable lo ocurrido con la UNE-Gana porque, como dijeron los dirigentes de la agrupación que surgió para arropar a í“scar Berger, la unión fue para apoyar a Sandra Torres y no existiendo ya tal candidatura no tiene sentido que se mantenga.

 


Esa división estaba más que cantada, puesto que se sabe que la UNE seguirá siendo el partido de la señora Torres y que la Gana ha pasado a convertirse en el partido de los hermanos Alejos que no quieren contaminarse con la militancia de algunos izquierdistas que, bajo la dirección de Orlando Blanco, dan el perfil de la nueva UNE que toma distancia con la que llevó a Colom a la Presidencia de la República. Seguramente que muchos de los diputados de la misma UNE que fueron electos en estas elecciones, pasarán a reforzar a la Gana bajo el liderazgo de Roberto Alejos que se perfila ya como candidato presidencial para dentro de cuatro años.

El caso es que no han tomado posesión los miembros de la legislatura próxima y ya las bancadas que se anunciaron cuando se conoció, por fin, el resultado de los comicios ya no existen. Más se tardó el Tribunal Supremo Electoral en contar los votos de la coalición UNE-Gana que la misma en disolverse por intereses de momento y porque responden a fines totalmente distintos. Nada tiene que ver la Gana que se originó en el movimiento a favor de Berger y que se estructuró con el partido que le birlaron a Ricardo Castillo Sinibaldi con la UNE que pasó a ser controlada por la señora Torres y las nuevas huestes de los conocidos como “los peludos”, aunque entre ellos haya varios pelones.

Y la conformación que ahora queda en el futuro Congreso seguramente no durará hasta el dí­a en que tome posesión la nueva legislatura, porque luego de la segunda vuelta vendrá otro reacomodo de fuerzas y seguramente que veremos cómo los tránsfugas hacen de las suyas antes de siquiera sentarse en la curul que les corresponderí­a de conformidad con el voto de los electores.

El asunto sigue siendo a quién representan los diputados, puesto que los de la UNE y Gana fueron electos básicamente por los beneficiarios de los programas clientelares que manejó la señora Torres. No cabe duda que fue el voto que aseguraron tales programas los que los llevaron al Congreso, pero ahora todo cambia y vaya usted a saber a quién representan los de la Gana y los de la UNE que se irán con ellos. Así­ es nuestra polí­tica, tan inconsistente como las alianzas.

Minutero
La poderosa coalición
creció con programas sociales
mas no tuvo duración
por falta de cuentas cabales