Alianzas difí­ciles



La dirigencia polí­tica guatemalteca es en realidad cimarrona y la estructuración de alianzas para la segunda vuelta no es cosa fácil, sobre todo porque como la situación no se ve clara, pocos son los que están dispuestos a tomar partido y decidirse públicamente. Bajo de agua puede que ya existan alianzas, pero las mismas no se traducen en reales apoyos porque son en buena medida vergonzantes y nunca llegarán al electorado flotante, ese que no forma parte de la rosca partidaria.

Es natural que la Gana, tercera fuerza en las elecciones, prefiera declararse neutral porque de esa manera no se ganan la animadversión de nadie y tomando en cuenta lo que pasó con el gobierno anterior y la persecución contra sus lí­deres, es obvio que nadie quiere ganarse la enemistad de nadie. Por el contrario, prefieren quedar bien con Dios y con el diablo por aquello de las dudas.

Suger, convertido en cuarta fuerza electoral, estará sopesando seriamente su futuro y sus ojos están a cuatro años de distancia, no en la elección de noviembre, por lo que sus decisiones serán tomadas con el criterio de lo que le pueda convenir. Creemos que es quien más puede endosar voto si lo hace de manera categórica, puesto que el sufragio que recibió no es de partido sino de pura inclinación a él y eso hace que si decide apoyar una de las opciones, pueda ser quizá quien más voto endose.

El FRG tendrá dos vertientes, con toda seguridad, puesto que su candidato presidencial estará más inclinado a seguir la lí­nea de su cuñado, íngel González, lo que significa que puede respaldar a Pérez Molina, mientras que las huestes de Rí­os Montt estarán neutrales porque no pueden ir con el Partido Patriota por la enemistad entre los dos lí­deres, pero tampoco irá con un Colom que no los busca porque considera que una alianza con el FRG estigmatiza a cualquiera.

Y quedó ya claro que Arzú y los unionistas tampoco van a jugarse con nadie porque el Alcalde no quiere enajenarse la amistad de ninguno y quiere trabajar bien con cualquiera que llegue. Encuentro Por Guatemala se ha fraccionado mucho y el ya anunciado retiro de Rigoberta Menchú para fundar Winaq, aunque pareciera no tener sentido a la luz de los resultados, los convierte en una fuerza poco concreta para el futuro inmediato.

Quedan después fuerzas mí­nimas, poco representativas que algo sumarán, pero que no llegan a ser determinantes para el proceso de articular alianzas. Aunque al paso que van los dos candidatos, sin lograr apoyos formales, a lo mejor le toman la palabra al candidato Conde, quien dijo el domingo en la noche que si quieren su apoyo tendrán que negociar con él. En condiciones normales menos de 25,000 votos no son nada, pero en tiempo de penuria, a lo mejor consigue una dirección general en algún ministerio.

De todos modos, las alianzas con la cúpula de los partidos son costosas y onerosas, sin que produzcan resultado porque ninguno tiene lí­deres con la dimensión que asegure que un espaldarazo endosará los votos.