Del 18 al 20 de este mes, se llevó a cabo el VII Seminario Interuniversitario Economía para la Política, organizado por el Centro Para el Análisis de las Decisiones Públicas, CADEP, de la Universidad Francisco Marroquín, por la Universidad Galileo y por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en el que participaron todas las universidades del país.
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El mencionado seminario tiene por objetivo el debate sobre temas económicos, políticos y jurídicos de actualidad, pero sobre todo, el análisis de las acciones del Estado.
La calidad de las y los conferencistas fue excelente, tanto nacional como internacional; entre ellos, el Dr. Eduardo Velásquez, Dr. Fritz Thomas, Lic. Nicholas Virzi, diputada Nineth Montenegro, Dr. Antonio D»Medina, entre otros.
En algunas de las conferencias, los disertantes no pudieron desvestirse de su inclinación ideológica, la cual afloró de distintas formas y tonalidades.
La frase más acertada, en mi opinión, fue del Lic. Miguel Gutiérrez, quien aseveró que, en algún momento se consideró que la religión era como opio para la sociedad; pero para él, en el momento actual, las ideologías se convierten en opio para la sociedad y para la ciencia. Cuestión que ciertamente comparto.
Algunas de las conclusiones que pude sacar, las describo a continuación:
1. En Guatemala, las tendencias ideológicas aun juegan un papel mezquino, porque miran al mundo con una visión miope, y porque lamentablemente no han podido contribuir al verdadero debate, sino que, por el contrario, cada cual aboga por derrotar a su contraparte; mientras que mejor podrían buscar puntos comunes que logren aportar soluciones coherentes a la sociedad guatemalteca. Por ejemplo: en participaciones público-privadas en Perú, según el Dr. D»Medina, el Estado ha permitido a empresas privadas prestar el servicio de agua potable a poblaciones que anteriormente eran desatendidas por el mismo Estado. La conclusión de esa población: no importa quien se las provea, las personas quieren agua. Eso en Guatemala, aun es una tremenda herejía.
2. La mejor propuesta para dar una solución correcta a un problema de corto plazo, para mitigar los impactos económicos inevitables en la presente crisis, que es el creciente desempleo, es la que ofrece el Dr. Velásquez. Y que consiste en la reforestación de gran parte de nuestro país; lo que permite aprovechar la vocación de Guatemala para esa actividad y la cantidad de mano de obra del campesinado que tendría dos efectos: a) ayudaría a una gran porción de las personas más pobres del país a tener una opción para emplearse y así obtener ingreso, y b) la reactivación en la producción de los bienes y servicios que estas personas en condiciones más o menos normales, consumen.
3. El Estado guatemalteco, en el corto plazo, podría ser rebasado (si no es que ya), al igual que el mexicano, por el narcotráfico. Situación por la cual se hace necesario un debate serio, concienzudo y fuera de sectarismos, sobre la legalización de la droga. No por cuestión de que el Estado se dé por vencido, sino porque el problema simplemente ya no tiene caso; y cada día cobra más vidas.