Algo no cuadra



No tenemos razones para dudar de la palabra del Vicepresidente de la República, doctor Eduardo Stein, quien al anunciar que estudiaban el perfil de cinco personas para el Ministerio de Gobernación, hizo hincapié muy expreso en que no se trataba de nombres que ellos hubieran puesto sobre la mesa, sino de personas que se habí­an llegado a ofrecer para hacerse cargo de la cartera en la eventualidad de que se aceptara la renuncia de Carlos Vielmann.

Y entre los cinco nombres (dos mujeres y tres hombres) el único que se hizo público fue el de doña Adela de Torrebiarte, quien además dijo a los periodistas, antes de que se supiera la decisión de Vielmann de irse a pesar de que el Presidente y el gabinete en pleno le dieron su respaldo, que estaba lista para aceptar el reto si era llamada. En otras palabras, la actual Ministra de Gobernación se sentí­a plenamente preparada para encarar la responsabilidad, lo cual sin duda es producto de su experiencia como dirigente no sólo de Madres Angustiadas, sino que además por haber integrado el Consejo Asesor de Seguridad.

Pero hoy se dice que su plan será presentado hasta después de la Semana Santa y que también para entonces dará a conocer su equipo de trabajo, especialmente en lo que se refiere a Viceministros y al Director General de la Policí­a Nacional Civil para sustituir a Erwin Sperinsen, a quien ya se le aceptó la renuncia.

Sin saber cuál serí­a la decisión del Presidente, ayer escribí­amos que era fundamental conocer el criterio de quien llegara al Ministerio sobre el llevado y traí­do tema de la limpieza social. La ministra, al tomar posesión y ser cuestionada sobre esa materia, dijo que serí­a irresponsable hablar del tema en ese momento. Con el debido respeto, le tenemos que decir que lo irresponsable es no hablar del tema cuando no sólo aquí­ sino internacionalmente se señala esa práctica como uno de los mayores problemas de la seguridad en el paí­s. Mientras doña Adela decí­a que serí­a irresponsable de su parte hablar de si hay o no limpieza social, en Ginebra se conocí­a oficialmente el informe del relator de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales que es lapidario. Por fortuna la delegación de nuestro paí­s en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU no pidió, como sí­ lo hizo nuestro Presidente, que Alston presentara pruebas para fundamentar ese grave señalamiento.

Si doña Adela se ofreció para el cargo, no sólo tení­a que estar lista para presentar a su equipo inmediatamente (tomando en cuenta que al Gobierno le quedan poco más de nueve meses), sino que también para hablar con responsabilidad y compromiso sobre la limpieza social porque, si no, ¿De qué depuración de la PNC estaremos hablando? Ojalá haya sido un lapsus derivado de su falta de experiencia y no un zafar bulto en la cuestión de fondo.