Algo es algo


El 29 y 30 de diciembre todos los medios escritos le dedicaron su portada y algunas de las páginas principales a la decisión que el Presidente de la República, auxiliado por el Ministro de Trabajo, habí­a tomado de actualizar el salario mí­nimo y así­ recuperar el poder adquisitivo de la mayorí­a de los trabajadores del paí­s y sus familias, permitiéndoles con este ajuste actualizar su capacidad de compra y consumo, poder así­ adquirir la canasta básica alimenticia.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Es la segunda vez que el actual Gobierno actualiza los salarios mí­nimos. Como se desprende de la información entregada por los medios de forma gráfica, el ajuste del salario agrí­cola y no agrí­cola, en menor grado el de los trabajadores de la maquila, asciende a un 16 por ciento.

La información también permite comparar cuál ha sido la actuación y el grado en que se han reajustado los salarios mí­nimos en las administraciones de gobierno de ílvaro Arzú, Alfonso Portillo y í“scar Berger. Lo primero que hay que señalar a ese respecto es que durante el gobierno de Arzú sólo se reajustaron los salarios mí­nimos dos veces, la principal de las dos fue al final de su administración. Berger fue aún más negativo, sólo reajustó los salarios mí­nimos una vez, al final de su Gobierno por lo que prácticamente más de tres años fueron de vacas sumamente flacas y sólo un año dio un reajuste.

En contraste, en el gobierno presidido por Alfonso Portillo, como se puede comprobar, fueron cuatro los aumentos de salarios mí­nimos, dos los firmó Alfonso y dos me correspondió hacerlo en calidad de presidente en funciones. Además, si se hace una comparación matemática, el aumento porcentual del gobierno de ílvaro Arzú, sumado también el aumento porcentual de í“scar Berger, ambos llegan juntos al 52 por ciento de reajuste, mientras que el gobierno de Alfonso y del cual fui vicepresidente, totaliza 54.1 por ciento, superando en 2.1 por ciento a los dos gobiernos juntos señalados.

El presidente Colom tendrá la responsabilidad de reajustar una vez más el salario mí­nimo por cuanto con absoluta seguridad las comisiones paritarias de salario mí­nimo y la Comisión Nacional del Salario en el año 2011 demostrarán nuevamente su falta de sensibilidad social y los empleadores no propondrán ningún aumento; ello a pesar de que nunca en la historia del paí­s habí­an tenido tan buenos precios los productos de exportación tradicionales y no tradicionales.

Es importante que los empresarios jóvenes, que las nuevas generaciones comprendan y lo demuestren que saben respetar, que saben compartir los beneficios económicos y no que el único derrame que se produzca sea porque existe una norma constitucional y laboral que obliga a la revisión y actualización de los salarios mí­nimos.

Qué empresario, pequeño, mediano o grande estarí­a tranquilo si para mantener a su familia sólo tuviera el poder adquisitivo de comprar la canasta básica de alimentos. Menos mal que a las negativas declaraciones públicas que efectuaron algunos representantes empresariales, las cooperativas no se sumaron comprobando que el cooperativismo tiene mucha mayor sensibilidad social como la deberí­an de tener todos los empresarios organizados, que si bien en número no llegan al diez por ciento de la totalidad del empresariado del paí­s, son los que tienen el poder, la organización para influir, para oponerse, para criticar y tristemente también para impedir el progreso social y económico de la mayorí­a de los guatemaltecos.

Al presidente Colom y a los 158 diputados les corresponde actualizar la bonificación salarial que desde el gobierno que presidió Alfonso Portillo y complementó el suscrito no se actualiza.