Alexander Zuleta, artista ecléctico


cul2_1_2

Alexander Zuleta, chapín de 28 años, que a los cinco años descubrió su pasión por el arte y los colores, estará presentando en la Galería Rozas Botrán su primera exposición en Guatemala, en la que plasma figuras y elementos de su infancia, y otros más conectados a la naturaleza, con el objetivo de llevar al hombre cotidiano a un lugar de recuerdo, añoranza y paz.

POR PAOLINA ALBANI

Con apenas 10 años de carrera artística, Zuleta habló de los motivos que lo llevaron a retomar dichos elementos como parte de esta primera exposición. Y es que en un mundo donde la tecnología ha desplazado a los antiguos juegos y costumbres el artista sintió que debía dedicar la temática de la exhibición a momentos especiales de su niñez.

El visitante, al entrar en la amplia galería de paredes blancas, inmediatamente notará esculturas, a gran escala, de estos juegos como el yoyo, el trompo, los barriletes, los jacks, y otros más. Zuleta se empeñó en plasmarlos para asegurar su sobrevivencia, no solo en su memoria sino en la de las personas que compartieron el mismo entretenimiento.

Quién no ha jugado a los jacks para probar destreza en velocidad. Muchos niños pasaron horas de diversión con el trompo, enrollándolo y lanzándolo al suelo para hacerlo bailar y hay los que, de tanto intentarlo, lograron hacerlo bailotear en la palma de su mano. Lo mismo sucede con el yoyo, y la ocurrente “vuelta al mundo”, o “el columpio”, que dieron horas de diversión sana a muchos niños, ahora adultos.

Además, la exhibición incluye la presencia de los cuatros elementos –agua, fuego, tierra y viento –  que forman parte de la vida humana y que son factores esenciales para la supervivencia.

Para Zuleta los cuatro elementos representan las constantes cotidianas, la vida misma del ser humano, convertida en elementos artísticos. Su obra es catalogada como naturalismo minimalista con una mezcla de hiperrealismo, que se caracteriza por la exactitud de los detalles, las líneas y los tonos de los colores.

Para sus obras utilizó oleo azul, amarillo, rojo, negro y blanco.  En la exposición los lienzos no siguen un determinado patrón. Los hay pequeños y grandes. Parte en la que muchos se preguntaran el motivo del porqué Zuleta prioriza los grandes formatos, la respuesta es porque se ha visto influenciado por el arte europeo, que acostumbra a pintar en grandes lienzos.

PRECISIÓN
En esta exhibición, acercarse a los cuadros es más bien un movimiento automático, voluntario en el inconsciente, que se traduce en una invitación visual muy agradable.
 
De cerca puede apreciarse  la técnica del artista, la huella de la pincelada, la dirección de la pintura. Se hace, entonces, evidente la exactitud de los detalles, que llevan a estos cuadros y esculturas  a ser idénticos a la realidad que percibimos.
Sus pinceladas están inspiradas en Lucian Freud, sobrino del conocido Sigmund Freud, y  Cho Close, artista estadounidense.

Para Zuleta el arte no es un intento en sí mismo sino la disposición, la voluntad y el ánimo. Según el artista hiperrealista, para crear algo primero es importante sentirse bien consigo mismo. “Se trata de transmitir una buena emoción al cuadro o escultura, que refleje paz”, aseguró.

Otro punto importante para este guatemalteco es llevar a los espectadores a relajarse, y ese es el objetivo de su trabajo transmitir la tranquilidad que siente cuando pinta, compartir esa sensación con quienes observan su obra. Pero la clave de sus cuadros es no cargarlos.

El minimalismo, para Zuleta es como la ley matemática del menos por menos, da como resultado más, lo que se traduce como no sobrepasarse sino a transmitir lo necesario. Muchos artistas son del pensamiento que más no es mejor solo es más.

Pero ser un artista de la corriente hiperrealista no necesariamente influye solo en sus obras  ya que según Zuleta esta corriente ha afectado su vida personal, con lo que ha adquirido toda la disciplina del orden y la buena administración.

DESDE CERO
Esta exposición con sus piezas de infancia es un claro comienzo desde cero, que el artista espera refleje  madurez, que muestre su evolución conforme el tiempo, que va desde la remembranza de su niñez hasta la toma de conciencia acerca de la importancia de la vida en el mundo.

«No me importaría pasar desapercibido por el mundo, pero siempre debes dejar una huella en ti, algo bueno en tu interior que te refleje tus obras»  A. Zuleta.