La compañía británica British Petroleum y las autoridades estadounidenses se encontraban en alerta hoy debido al paso de una tormenta tropical por el Golfo de México, que podría forzar a la suspensión de las operaciones para detener la marea negra.
Según el aviso emitido el jueves por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), la depresión tropical que se encuentra actualmente sobre las Bahamas podría transformarse en tempestad tropical de aquí al viernes por la noche y alcanzar una parte de Florida.
La depresión de encuentra cerca de la zona del pozo causante de la marea negra, lo que podría conducir a las autoridades estadounidenses a detener las operaciones para frenar el vertido de petróleo al mar.
En caso de que se produjera una fuerte tormenta las autoridades se verían obligadas a evacuar los barcos y maquinarias que se activan para excavar dos pozos de socorro y preparar otro intento de sellado con una mezcla de líquidos, materias sólidas y cemento.
Una de las preocupaciones de las autoridades es la resistencia del embudo instalado la semana pasada para frenar provisionalmente el vertido.
Thad Allen, encargado del gobierno para gestionar la lucha contra la marea negra, indicó el jueves que se enfrentaban a varios escenarios.
Las autoridades pueden «dejar el embudo en su lugar sabiendo que quedará sin vigilancia durante tres o cuatro días (…) o reducir un poco la presión en el pozo abriendo las válvulas» para liberar el petróleo y «reducir los riesgos».
La cuestión no ha quedado zanjada. «Si tuviéramos que evacuar la zona (…) podríamos sufrir un retraso de 10 a 14 días en la progresión de las operaciones», subrayó Allen, mientras estaba previsto este fin de semana la operación de sellado; la entrada en función de los pozos de derivación está prevista para finales de julio.
Por otro lado, la marea negra está teniendo graves repercusiones en el sector petrolero estadounidense.
Cuatro grandes grupos petroleros, los estadounidenses ExxonMobil, Chevron, ConocoPhillips y el anglo-holandés Shell decidieron dedicar de manera colectiva mil millones de dólares a la preparación de un sistema de respuesta común en caso de accidente medioambiental.
El sistema permitiría actuar a una profundidad de 3.000 metros de profundidad bajo el mar (el vertido del Golfo de México está a 1.500 metros).
Un juez estadounidense ordenó la suspensión de las exploraciones de petróleo y de gas frente a las costas de Alaska, estimando que los estudios medioambientales sobre las consecuencias del proyecto no son suficientes.
El diario New York Times reveló el contenido de una investigación sobre las causas de la explosión de la plataforma Deepwater el pasado 20 de abril.
El informe muestra que los empleados «constataron frecuentemente actuaciones que hacían peligrar la plataforma» y se quejaron de su falta de fiabilidad.