Alerta militar por combates


Las fuerzas de seguridad nigerianas estaban hoy en estado de alerta máxima tras dos dí­as de combates con islamistas radicales que según testigos y autoridades locales dejaron más de 150 muertos en el norte musulmán de este paí­s petrolero del oeste africano.


Si bien las autoridades confirmaron hasta el martes la muerte de 55 personas en los estados de Bauchi y Yobe, periodistas en la capital de un tercer estado dijeron que vieron numerosos cadáveres en el cuartel general de la policí­a local.

«Más de 100 cadáveres fueron depositados en el local del cuartel general de la policí­a y están trayendo más», dijo Ibrahim Bala, un periodista de una radio local, a la AFP desde Maiduguri, la capital del estado de Borno.

Bala dijo que la policí­a estaba recogiendo de la calle los cadáveres de militantes muertos en esa ciudad, donde se impuso el toque de queda.

«Los combates cesaron desde anoche, pero los cuerpos todaví­a son llevados al cuartel general de la policí­a en camiones y furgones», declaró este martes.

Otra periodista local, que solicitó el anonimato, indicó que habí­a contado más de 100 cadáveres en el cuartel general policial.

Mientras tanto, testigos afirmaron que unos 200 militantes islamistas mantuvieron una vigilia durante la noche fuera de una mezquita en la ciudad, así­ como junto a la casa de su lí­der espiritual, Mohamed Yusuf.

Los enfrentamientos que comenzaron el domingo pasado estallaron en los estados de Bauchi, Borno, Kano y Yobe, los cuatro en el norte del paí­s más populoso del continente africano.

Iglesias y edificios gubernamentales fueron incendiados por grupos de militantes llamados los talibanes de Nigeria.

Se trata de la violencia confesional más mortí­fera en Nigeria desde noviembre de 2008, cuando grupos de defensa de los derechos humanos dijeron que unas 700 personas fueron asesinadas dentro y alrededor de la ciudad de Jos.

El presidente nigeriano, Umaru Musa Yar»Adua, un musulmán del norte, ordenó a sus fuerzas de seguridad instaurar el estado de alerta máxima en un decreto presidencial publicado el lunes.

El mandatario «ordenó a las agencias de seguridad nacional que tomasen todas las acciones necesarias para contener y repeler los lamentables e indignantes ataques de los extremistas».

También «indicó que la seguridad debe ser reforzada en todos los estados vecinos y el personal de seguridad colocado en estado de alerta plena para evitar que los ataques de elementos equivocados se extiendan a otros lugares».

El jefe de la policí­a de Nigeria, Ogbonna Onovo, dijo a los periodistas el lunes que 50 militantes y cinco policí­as murieron en los enfrentamientos que se produjeron el fin de semana pasado en los estados de Bauchi y Yobe. Reconoció que habí­a combates en Maiduguri, pero no dio detalles de ví­ctimas allí­.

Un habitante de Maiduguri, Shafiu Mohamed, dijo que hombres armados quemaron vivo a un funcionario de aduanas y degollaron a un ingeniero que trabajaba en el complejo aduanero.

Otro dijo que la prisión central y varias iglesias fueron incendiadas durante la violencia.

Los enfrentamientos en el norte comenzaron el sábado en el estado de Bauchi, cuando la policí­a respondió a un ataque de militantes islamistas contra una comisarí­a. Los enfrentamientos se difundieron rápidamente.

Los extremistas de Nigeria surgieron en 2004 en Maiduguri, antes de crear una base –llamada «Afganistán»– en la aldea de Kanamma, en Yobe, en la frontera con Ní­ger, desde donde atacaron a avanzadas policiales y mataron a policí­as.

El norte de Nigeria es fundamentalmente musulmán, aunque importantes minorí­as cristianas se instalaron en las principales ciudades, creando tensión entre los dos grupos.

Desde 1999 y el regreso de un régimen civil al gobierno central nigeriano, 12 estados norteños instauraron la sharia (ley islámica).