La canciller alemana Angela Merkel insistió hoy en que Alemania y Francia están de acuerdo en los principales puntos de un plan para enfrentar la crisis de deuda en Europa, un día después de que los líderes de la dos naciones dijeron que no estaría a tiempo una nueva estrategia para una cumbre que se realizará el domingo.
El presidente de los ministros de finanzas de la eurozona, Jean Claude Juncker, dijo que la demora para resolver la crisis de la deuda crea una imagen «desastrosa» de la eurozona ante el resto del mundo.
Juncker, que es el primer ministro de Luxemburgo, agregó que no es necesario que sólo participen Francia y Alemania que tienen diferencias de opinión sobre cómo resolver la crisis. Agregó que tenían que participar en las decisiones los 17 países de la eurozona.
Juncker hizo las declaraciones a su llegada para la reunión de ministros de defensas el viernes en Bruselas.
Los mercados parecen estar dando a Europa el beneficio de la duda de que eventualmente podrán ponerse a tiempo de acuerdo sobre el plan para una segunda cumbre, que Francia y Alemania dicen que se llevará a cabo el miércoles a más tardar. Los principales mercados en Europa abrieron en alza el viernes, con el Stoxx 50 de las principales acciones europeas subiendo 0,9%.
Los ministros de Finanzas de los 17 países que usan el euro buscarán eliminar las diferencias de opinión el viernes cuando se reúnan en Bruselas, previo a la llegada de los líderes el sábado.
La cumbre de líderes que se realizará el domingo es vista como el momento en que Europa finalmente entregará un amplio plan para poner fin a los problemas de deuda en la Unión Europea, que ha provocado el rescate de tres países y amenazado el futuro mismo del euro como moneda.
Aunque Merkel insistió en discusiones con legisladores el viernes que no hay diferencias importantes de opinión entre ella y el presidente Nicolas Sarkozy, las dos principales economías de Europa parecen estar en desacuerdo sobre la mejor forma de utilizar el fondo de rescate europeo, conocido como EFSF.
Entre otros temas, mientras París propone convertir el EFSF en un banco que tendría crédito ilimitado del Banco Central Europeo (BCE), Berlín se niega argumentando que esto comprometería la imparcialidad del BCE.
Por otra parte, mientras Alemania quiere que bancos privados que poseen bonos griegos asuman mayores pérdidas antes de entregar otro préstamo europeo a Grecia, Francia se opone al considerar que esto desestabilizaría al sector bancario y empeoraría la agitación en los mercados financieros.