La selección alemana de fútbol conquistó hoy su cuarto título del mundo al derrotar a una dura Argentina que no estuvo lejos de inclinar la final a su favor.
Río de Janeiro, Brasil / AP
Mario Götze, a los 113′ minutos, ya en la prórroga, fue el autor del único gol de la noche en el estadio Maracaná.
Argentina, que volvía a una final tras 24 años y luchó como 11 leones, tuvo varias oportunidades de cerrar Brasil 2014 con el mayúsculo golpe de un título en el escenario más emblemático del fútbol de Brasil, archirrival albiceleste. Pero en el final el mayor poderío físico alemán fue clave.
El partido se abrió con un intenso duelo de tribunas entre argentinos y brasileños, con los alemanes como meros espectadores, aunque el duelo que en verdad importaba estaba sobre el césped.
Alemania presionó desde el inicio la zaga argentina con un Thomas Müller incontrolable por todo el frente de ataque y un Philipp Lahm siempre sabio en sus habilitaciones, un problema para los argentinos.
Sami Khedira, vital en el esquema de Joachim Löw, se lesionó la cadera en el calentamiento previo. Alemania sentiría esa ausencia. En su lugar entró el joven Christoph Kramer, con apenas 12 minutos de acción hasta entonces en Brasil 2014.
Lionel Messi, la gran estrella del partido, no tardó en aparecer, se escapó por la derecha y superó en velocidad a Hummels, aunque no encontró compañero al habilitar atrás.
Los papeles ya estaban claros: Alemania al ataque, Argentina, algo menos impenetrable que en la semifinal ante Holanda, de contra. Anotar sería clave.
Gonzalo Higuaín se perdió el gol a los 21′, sólo ante Neuer, tras un grave error de Toni Kroos, que habilitó al delantero del Napoli. Alemania respiró al ver que el «9» argentino definía casi errándole al balón.
Movió las redes Higuaín nueve minutos después, a los 30′, pero era off-side.
Alemania seguía atacando mientras se cargaba de amarillas -Schweinsteiger y Höwedes-, pero Argentina estaba haciendo un buen partido: consciente de que su rival era un equipo superior, luchó cada pelota y fue solidaria en cada ataque rival, al tiempo que esperaba el gran momento de un Messi mucho más enérgico y decidido en los uno contra uno que ante Holanda.
El «10» siempre generó peligro en los primeros 45′, que se cerraron con un cabezazo estrellado por Schürrle en el palo izquierdo de Romero tras -cuando no- un centro de Müller, esta vez desde la izquierda. Schürrle había entrado en lugar del efímero Kramer, que nunca se recuperó de un fuerte golpe con el hombro de Garay.
Argentina llegaba así al segundo tiempo con el primer objetivo cumplido: no recibir un gol tempranero como aquel de Müller a los tres minutos cuatro años atrás en Sudáfrica, señal de largada para la humillante derrota por 4-0 en cuartos.
Nada de eso. Los 74.738 espectadores tenían claro que el partido estaba tal como al inicio: cualquiera podía ganar la final.
Tras un abrazo general de todo el equipo argentino en al salida del túnel, Sergio «Kun» Agüero entró en lugar de Ezequiel Lavezzi.
Messi tuvo el gol en la zurda a los 47, pero impactó mal el balón en el tiro cruzado desde la izquierda. Un rato después se lo vio con síntomas de arcadas y escupiendo repetidas veces.
Argentina llegaba con cada vez más frecuencia a los dominios de Neuer, en tanto que Alemania perdía fuelle.
Neuer salió a buscar un balón que flotaba peligrosamente en el borde izquierdo del área. Lo logró, pero en el camino se llevó por delante a Higuaín, que debió ser atendido por los médicos. Pese a la evidencia, Nicola Rizzoli, el árbitro, cobró falta del argentino.
En apenas un minuto y por sendas jugadas a destiempo, Javier Mascherano y el «Kun» Agüero recibieron amarilas. El partido estaba en una especie de tregua. El público brasileño la aprovechó para insultar a su presidenta, Dilma Rousseff, presente en el estadio. El argentino, para volver a recordar que «Maradona es más grande que Pelé».
Rodrigo Palacio ingresó a los 78′ en lugar de Higuaín, Mesut Özil hizo un jugadón que Kroos no aprovechó al rematar desviado y un intruso interrumpió el partido a los 83′. Antes de ser controlado, abrazó a Höwedes. El director de televisión de la FIFA prefirió mostrar al Cristo Redentor y el anochecer sobre Río.
Fernando Gago entró por Enzo Pérez y Götze por Miroslav Klose. Sabella y Löw preparaban la prórroga dándole aire a sus onces.
Por tercera final consecutiva, al Mundial no le alcanzaban los 90 minutos. Era el tercer tiempo suplementario de Argentina en los últimos cuatro encuentros.
Müller era ya delantero centro y Palacio se perdía a los 97′ el gol tras un balón llovido en el área. Intentó ponerla por encima de Neuer, sin éxito.
La prórroga se iba deslizando hacia la definición por penales con ambos equipos visiblemente agotados, aunque bastante más el argentino.
Entonces a Götze le llegó una pelota en el área, subiendo por la izquierda. La durmió en el pecho, la dejó bajar a la altura justa y la empalmó de zurda ante la salida del arquero Sergio Romero y la mirada impotente del zaguero Martín Demichelis.
Alguien debía ganar hoy, y fue Alemania. Messi, el hombre que quería emular a Pelé y Maradona conquistando también un título mundial, deberá esperar hasta Rusia 2018, ya con 31 años, para intentar ganar «su» título y el tercero de Argentina.
Ficha del partido:
ALEMANIA: Neuer – Lahm, Boateng, Hummels, Höwedes – Kramer (31′ Schürrle), Schweinsteiger, Kroos – Müller, Klose (88′ Götze), Özil (120′ Mertesacker) Entrenador: Joachim Löw
ARGENTINA: Romero – Zabaleta, Demichelis, Garay, Rojo – Pérez (86′ Gago), Mascherano, Biglia – Lavezzi (45′ Lavezzi), Higuaín (78′ Palacio), Messi Entrenador: Alejandro Sabella
GOLES: Götze (113′)
ÁRBITRO: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Höwedes, Schweinsteiger, Mascherano, Agüero
ESTADIO: Maracaná (Río de Janeiro)