Alemania, al frente de negociación


Alemania convoca a partir del domingo a orillas del Rin una reunión ministerial sobre el clima copresidida por México, anfitrión de la próxima conferencia de la ONU, para intentar dar un impulso a las negociaciones anquilosadas desde el fracaso de Copenhague.


La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente mexicano, Felipe Calderón, abrirán el «diálogo de Petersberg», nombre del castillo que los acogerá cerca de Bonn.

Unos cuarenta ministros anunciaron su participación en este encuentro que se prolongará hasta el martes con el propósito de restablecer la confianza, mermada desde el desenlace infeliz de la cumbre de Copenhague, ante la perspectiva de la próxima conferencia de Cáncun (México) de finales de noviembre.

«Las negociaciones se ven deterioradas por una falta de confianza y de liderazgo», destaca el ministro de Medio Ambiente alemán, Norbert Rí¶ttgen, en su carta de invitación.

«Los ministros deberán actuar en estrecha cooperación con los negociadores para asegurarse de que Cancún constituya una etapa decisiva en la lucha colectiva contra el cambio climático».

La primera cita del año, a mediados de abril en Bonn, bajo el amparo de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), permitió medir la desconfianza entre las delegaciones y el alcance de los obstáculos por salvar.

«Si asistimos a otro fracaso en Cancún, esto traerá consigo una grave pérdida de confianza sobre la eficacia de este proceso», advirtió entonces el secretario general de la convención, Yvo de Boer.

Aparte de Europa, que enví­a a siete ministros y a su comisaria del clima, Connie Hedegaard, estarán representados Estados Unidos, los grandes emergentes (China, India, Brasil y Sudáfrica), así­ como ífrica, los pequeños Estados insulares (Maldivas, Granada, Barbados) y algunos de los paí­ses más vulnerables como Bangladesh.

Todos ellos firmaron el acuerdo de Copenhague en diciembre pasado, que no es vinculante ni contiene objetivos sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero, según los compromisos adquiridos a tí­tulo individual, permitirá limitar la subida de la temperatura media del planeta a 3°C. La meta inicial era alcanzar un aumento máximo de 2°C.

«Asistimos a un brote de iniciativas paralelas. En estos momentos todo parece funcionar mejor que la ONU. La reanudación de las negociaciones es laboriosa: algunos se ven tentados de hacer como si Copenhague no hubiera existido», afirmó Brice Lalonde, embajador de Francia para el clima. Pero «aparentemente, todo el mundo apoya a México», añadió.

La clave del asunto es, en su opinión, buscar la manera de introducir el acuerdo de Copenhague en la negociación de la CMNUCC. «En Cancún parece difí­cil que se consiga un acuerdo vinculante, pero al menos habrí­a que poder ratificar este acuerdo y adoptar una serie de medidas técnicas».

En Petersberg se espera que los ministros aborden los principales pilares de un futuro acuerdo -atenuación de las emisiones contaminantes, adaptación a los desarreglos climáticos, cooperación tecnológica, lucha contra la deforestación y sobre todo la financiación de la lucha contra el cambio climático.

En Copenhague, los paí­ses desarrollados se comprometieron a desbloquear, de aquí­ a 2012, 30.000 millones de dólares y a elevar esa cifra a 100.000 millones anuales en 2020, en beneficio de los paí­ses en desarrollo. Alemania les pide que reflexionen en Petersberg sobre cómo se podrí­an cumplir estos compromisos.