Las autoridades alemanas comenzaron ayer una serie de registros, dentro de la investigación del mayor fraude fiscal de historia, una cuestión que los partidos intentan usar a seis días de unas elecciones regionales y después de varios escándalos en los medios económicos.
La justicia alemana investiga sobre unos mil contribuyentes ricos, sospechosos de haber ocultado dinero en el principado de Liechtenstein para escapar al fisco. El fraude total podría llegar a 4 mil millones de euros.
Los investigadores registraron ayer casas en Munich (sur), Francfort (oeste), Hamburgo (norte) Bochum (oeste), Ulm (sur) o Stuttgart (suroeste), según la prensa alemana.
«El hecho de que haya habido fraudes fiscales es lamentable. Hay que investigar y aclararlos», declaró la canciller Angela Merkel ayer, pidiendo «mesura» y sugiriendo que debería haber una armonización europea para la «transparencia» fiscal.
«Liechtenstein es un país que suscita preguntas», declaró además, días después de recibir a Otmar Hasler, jefe del gobierno de este principado, considerado un paraíso fiscal.
El escándalo comenzó con el registro el jueves en la casa y la oficina del jefe de la Deutsche Post, los servicios de Correos alemanes, Klaus Zumwinkel, que presentó su dimisión un día después después de 18 años en el cargo.
En total, unas 900 órdenes de registro fueron emitidas y hubo 125 expedientes de investigación abiertos, según la prensa. Personalidades clave del país son blanco de esta gigantesca operación policial, según las mismas fuentes.
Alemania vivió en la última década varios escándalos fiscales y de corrupción importantes, como la financiación poco clara del partido cristiano-demócrata CDU o las turbias cuentas de Siemens.
«Las élites perdieron la decencia», declaró ayer el ministro de Finanzas, el socialdemócrata Peer Steinbruck.
Los investigadores tienen por blanco «los jefes y patrones de empresas, pero también deportistas y artistas», así como grandes nombres del sector audiovisual, según la prensa. La policía pretende realizar entre 20 y 25 registros por día y parece ser que ya hubo personas que se entregaron voluntariamente, con la esperanza de escapar a una condena.
Paralelamente, el papel de los servicios secretos alemanes estaba en entredicho ayer ya que para algunos abusaron de su poder al realizar esta investigación fiscal y pagar por informaciones robadas.
Entre «4 et 5 millones de euros» fueron entregados a un informante con el aval del gobierno», confirmó Berlín. Los datos explosivos que se manejan proceden de una lista confidencial robada en 2002 al banco LGT de Liechtenstein, por uno de sus empleados, según el banco.
Varios partidos alemanes, entre ellos los Verdes y los liberales del FDP exigieron que se aclaren ciertos puntos dentro de la acción de los servicios secretos y habrá una sesión parlamentaria mañana prácticamente dedicada a la cuestión.
Además, el domingo hay elecciones regionales muy esperadas en Hamburgo (norte) y varios partidos intentarán sacar beneficio de esta situación. Ayer, los socialdemócratas instaron a aplicar una mayor severidad en los casos de fraude fiscal grave y exigieron penas de cárcel en lugar de multas.
Angela Merkel
Canciller alemana