Al recibir la Orden de Reconocimiento Nacional como Migrante


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En ceremonia realizada el 11 de enero en Nueva York, me sentí­ sumamente honrado al recibir del Lic. Haroldo Rodas, ministro de Relaciones Exteriores, conjuntamente con Claudia Carí­as de MIGUA, la Orden de Reconocimiento Nacional por el Auxilio, Asistencia, Atención y Protección a los Migrantes. Me dio a conocer el Acuerdo Gubernativo No. 341-2011 que fue firmado por él y por el Presidente Colom. Resumo aquí­ mis palabras de aceptación:

Raúl Molina

 


Ha sido tradición que los gobiernos concedan reconocimientos a personas que, por lo general, son cercanas al partido en el poder…en esta ocasión el gobierno de ílvaro Colom, al concederme esta condecoración, distingue a una persona de la oposición polí­tica. He sido parte durante este perí­odo de la “oposición constructiva”, que si bien ha celebrado buenas obras y logros del Estado, también ha criticado, de manera firme, sus equivocaciones y deficiencias.

Esta condecoración es muy importante para poner de relieve el papel que desempeñamos las y los migrantes. Aunque nadie niega nuestra contribución económica al paí­s, en muchos otros aspectos hemos estado y permanecemos invisibles. En el reciente proceso electoral, por ejemplo, se nos negó una vez más nuestro derecho a votar y a elegir representantes propios ante el Congreso. Por otro lado, cuando se han tomado decisiones en Guatemala que nos afectan o afectan a nuestras familias no se nos ha permitido participar en el proceso de toma de decisiones.

También ilustrará que la migración es un problema de nuestra sociedad. Más del 12% de la población vive fuera de Guatemala –más de millón y medio en los Estados Unidos, de los cuales casi dos terceras partes son personas indocumentadas–  y en 2011 dicha población pudo enviar 4,130 millones de dólares en calidad de remesas. También ayudará a hacer énfasis en el carácter de verdadero ví­a crucis que el proceso migratorio tiene.

En comparación con los problemas, frustraciones y sufrimientos que deben soportar las y los migrantes, lo que cualquier inmigrante puede hacer individualmente para ayudarles no es más que una gota de agua en un mar de necesidades. He podido contribuir a enfrentar esa situación y abogar por las y los guatemaltecos en el exterior solamente porque he sido parte de una organización, la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG)… No constituimos todaví­a una organización de masas; pero hemos podido contar con la firme solidaridad de personas que han aportado sus esfuerzos al pueblo de Guatemala por decenios… Acepto esta condecoración en nombre de guatemaltecas y guatemaltecos, así­ como amistades solidarias con Guatemala.

Quiero finalizar con un necesario llamamiento a “la unidad en la diversidad”, tanto en Guatemala como en nuestra diáspora… La gran mayorí­a de la población se encuentra en los estratos más bajos de una histórica e injusta pirámide socioeconómica. Deberemos construir la solidaridad entre estos estratos más bajos para luchar juntos por una sociedad más justa y equitativa en Guatemala y por mejores condiciones de vida y de trabajo para las y los guatemaltecos en el extranjero…Con esta condecoración asumo el compromiso de seguir esforzándome por la unidad, la tolerancia y la solidaridad entre las y los connacionales.