La rama de al-Qaeda en Irak se responsabilizó el viernes de una oleada de atentados donde murieron al menos 82 personas, la mayoría en zonas chiíes de la capital, en represalia por la ejecución de prisioneros suníes por parte del gobierno liderado por chiíes.
En una declaración publicada el viernes en su página de internet, el Estado Islámico de Irak y el Levante, filial de al-Qaeda en Irak, asumió la responsabilidad por los mortíferos ataques de principios de esta semana, principalmente con coches bomba en mercados y estacionamientos. Precisó que fueron represalia por la ejecución el 19 de agosto de 17 prisioneros suníes, 16 de ellos condenados por cargos de terrorismo.
La autenticidad del mensaje no pudo ser confirmada de forma independiente. Fue colocado en un sitio en internet utilizado por los yihadistas y su estilo fue consistente con declaraciones anteriores de al-Qaeda.
Agregó que las medidas estrictas de seguridad impuestas por las fuerzas iraquíes no contuvieron los ataques y el grupo amenazó más acciones contra blancos del gobierno.
«Vengaremos la sangre de nuestros hermanos», amenazó el grupo.
Más de 4.000 personas han muerto en ataques violentos en Irak desde abril, cuando el ritmo de las matanzas se aceleró hasta niveles no vistos desde 2008. La situación ha empeorado las relaciones entre la minoría suní y el gobierno de mayoría chií. Más de 570 personas han muerto en lo que va de agosto.
Al-Qaida confía en aprovechar la indignación de los suníes más moderados, que empezaron a manifestarse en diciembre contra el gobierno por lo que consideran un tratamiento discriminatorio. Consideran que las medidas antiterroristas se concentran en los suníes y que los prisioneros suníes son maltratados en las prisiones iraquíes.
Irak ha ejecutado a 67 personas en lo que va del año, principalmente por cargos de terrorismo. Ejecutó a más prisioneros que todo otro país excepto China e Irán, según Amnistía Internacional. Grupos defensores de los derechos humanos se han preguntado si los acusados reciben juicios justos.
Asimismo el viernes, la policía dijo que un pistolero en una motocicleta mató a tiros a dos feligreses suníes e hirió a dos cuando se dirigían a una mezquita en el vecindario suní de Adel, en el sector occidental de Bagdad.
Los ataques a mezquitas suníes han aumentado en los últimos meses, lo que plantea el temor de que grupos armados chiíes estén empezando a lanzar ataques de represalia. La mayor parte de la violencia en los últimos años ha sido obra de extremistas suníes como al-Qaeda.