Al oí­do del nuevo gobierno


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En directo a quien presidirá como gobernante. Que posesionará el 14 de enero del 2012, general Otto Pérez Molina. Como gobernado enví­o para su consideración estas letras a su persona. El ejercicio democrático permite esa relación. Deseable sea sostenible en acatamiento constitucional.

Juan de Dios Rojas

 


Otras personas han hecho lo propio. Es notorio concederle el beneficio de la duda. A propósito de ofrecimientos vertidos. En entrevistas y comentarios, antes y después de su elección del más alto cargo. La población continúa a la expectativa, a la espera del suceso cada cuatrienio.

No podrí­a ser de distinta manera y posición. La esperanza impulsa una deseable mejorí­a. Del cambio, bastión reiterado en sus expresiones públicas. Argumento tendente a la superación de tanto problema. Dicha cantidad obliga entrarle de lleno. El interés y entusiasmo son banderas al viento. Desde el inicio del ejercicio, con firmeza.

Sabemos que no hallará un lecho de rosas, Tampoco alfombras rojas tendidas dondequiera. Encontrará crisis en todo sentido. Una prueba selectiva seguro se llevó a cabo en la transición. La cual conformó debida panorámica. Capaz de priorizar y a emprender. Junto a su gabinete de trabajo.

Austeridad conviene, señala las pautas necesarias e indispensables para el éxito gubernamental. Exija correcto desempeño a sus colaboradores, ajeno a tolerancia y complacencia dañinas. Ganará popularidad y respaldo singular. Al no aplicar el correctivo con entereza, de inmediato se empaña.

Urge el combate a los actos corruptos, así­ lo espera el paí­s. Será un efecto de “mano dura’’. Señalamiento formulado en sus campañas presidenciables, a la espera inmediata. Adicional asunto de vital importancia es la seguridad, un hasta aquí­ a la violencia, delincuencia y crimen organizado.

Por nada del mundo permita mecanismos destinados a transferencias, verdaderos robos al final de cuentas, notoria resulta su dirección absurda que apunta a buscar el derecho de la nariz, del o los miembros del gabinete y restantes dependencias estatales en incremento siempre.

Buenas intenciones no bastan, es ofrecimiento recurrente nada más. Hace falta efectuarlas más antes que después. Esto y mucho más esperan sectores poblacionales. La obra social, benefactora de quienes carecen de ingresos monetarios debe proseguir. Siempre y cuando tenga un estricto tamiz.

Existen asuntos urgentes de solución. Eso entre otros de “contarle las costillas’’ a funcionarios es mero cuento de hadas. Por ejemplo: la reconstrucción nacional y del sistema vial. Pero a conciencia, total responsabilidad y supervisión inflexible. La sobrevalorización, un rotundo no. Con insistencia se menciona la reingenierí­a, carente de sustentación. Meras palabras son vertidas. Significa volver a empezar determinado caso. Tal cuestión tampoco constituye una competencia de velocidad. Inconveniente constituye el mecanismo aludido. Es mucho mejor: despacio pero bien hecho.

Estas letras no manifiestan todo. Nadie ignora el cúmulo de problemáticas que agobia a nuestro paí­s. Pero por algo se debe empezar; hay prioridades dignas de atención inmediata. Imposible dejarlas en el tintero y en renglones perdidos de la agenda nacional por los siglos de los siglos.

Ni imperio, monarquí­a con derroche de gastos suntuarios. No al crecimiento estatal, ni sueldos fabulosos que lloran sangre. Gastos y lujos de ostentación, vehí­culos último modelo a prueba de balas y explosivos, de arriba y cuadros medios. Austeridad absoluta conviene, sin duda alguna.

Uso racional del presupuesto. No a más endeudamiento  interno y externo. Actividades a menudo de relumbrón, concierne a épocas de vacas gordas, cuando el perfil es al revés, vivimos época de vacas flacas. Respetuosamente.