Al oí­do de Harold Caballeros


Lic. Carlos Enrique Castillo C., A-1 348900,

Sus seguidores lo definen como un hombre de principios y está en todo derecho de buscar ser candidato a cualquier puesto de elección popular, pero considero que debe tomar en cuenta algunos consejos y es por eso que me atrevo a hablarle al oí­do.

Reverendo Caballeros, la ambición de regresar al poder de Arzú y sus amigos, hoy llamados Unionistas, quienes están detrás de su imagen buscando cómo lo convencen para hacer una alianza, le hará mucho daño, pues basta recordar, que cuando Arzú fue presidente y muchas de las personas del comité Ejecutivo de ese partido fueron funcionarios, se dieron una serie de anomalí­as y porqué no decirlo pérdidas en el patrimonio de los bienes del Estado de Guatemala.

Quiero recordar al Reverendo Caballeros que esos señores que están detrás de su persona fueron los que vendieron Guatel, además de dar en concesión una serie de bienes y servicios; enumeraré algunos:

Carretera a Puerto Quetzal.

Servicio Postal del Correo y Telégrafo.

Ferrocarriles de Guatemala, «Fegua»

Muchos Servicios de Salud.

Las licencias para conducir vehí­culos. Y muchos más.

Como se puede dar cuenta Reverendo Caballeros, estos son algunos de los tantos bienes y servicios que abusivamente dispusieron de ellos como si fueran propiedad individual y que representaron para ese grupo grandes beneficios económicos personales y para el ciudadano común altas tarifas y malos servicios.

Reverendo Caballeros, piense mucho en la propuesta de alianza que pretenden hacerle, porque serí­a como juntar «EL AGUA CON EL ACEITE», «EL BIEN CON EL MAL», «LOS BUENOS CON LOS MALOS» Y «LOS HONESTOS CON LOS DESHONESTOS».

Para referencia suya Reverendo Caballeros, La Historia Polí­tica Guatemalteca nos señala que las alianzas entre partidos no funcionan, pues como siempre el pez grande se come al chico y se rompen luego de alcanzar el poder.

Usted Reverendo Caballeros, un hombre de principios y valores í‰TICOS, MORALES Y RELIGIOSOS (como lo definen sus seguidores) que predica La Palabra de Dios y que busca el bien común y la igualdad entre hermanos en Cristo, debe meditar serenamente esa propuesta, para que la religión no siga desvalorizándose y que no se piense que la ambición de poder lo está corrompiendo. Usted puede pasar a la Historia como un hombre que lucho por llegar a ser Presidente, pero en ningún momento antepuso su interés personal y que pensó en el bienestar de la mayorí­a.

No serí­a conveniente que usted resultara siendo otro Serrano Elí­as. Guatemala no merece eso.