Al menos 76 muertos en Irak


Ataque. Más de 70 personas murieron en Irak, luego de un ataque suicida en la ciudad de Kirkuk.

Al menos 76 personas murieron y otras 185 resultaron heridas el lunes en un atentado suicida con coche bomba contra la oficina de un partido polí­tico kurdo en la ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte de Irak.


El anterior balance señalaba 75 muertos y 180 heridos.

Este ataque corre el riesgo de acentuar todaví­a más las tensiones étnicas en la tercera ciudad del paí­s, que los lí­deres kurdos querrí­an ver unida a la región autónoma de Kurdistán, ante la férrea oposición de árabes y turcomanos.

«La mayorí­a de los heridos, entre los que hay mujeres y niños, se encuentran en un estado crí­tico debido a las quemaduras» que sufrieron, declaró el jefe de la policí­a de Kirkuk, Burhan Habib Tayeb.

Tras el atentado, que tení­a por blanco las oficinas de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), el partido del presidente Jalal Talabani, vehí­culos de la policí­a recorrieron las calles desiertas de la ciudad pidiendo a los habitantes, con ayuda de megáfonos, que fueran a donar sangre a los hospitales.

Varios testigos explicaron que la mayorí­a de los edificios cercanos al lugar de la explosión se hundieron y que los servicios de socorro seguí­an tratando de sacar cadáveres de debajo de los escombros.

Numerosos habitantes de Kirkuk se precipitaron a los hospitales para obtener noticias de sus familiares.

Un poco más de una hora después de esta fuerte explosión, un coche bomba estalló cerca de un mercado de la ciudad, hiriendo a una persona, mientras que un tercer ataque contra una patrulla de la policí­a al sur de Kirkuk mató a un oficial e hirió a otros tres agentes.

El edificio contra el que estaba dirigido el primer ataque alberga también organizaciones locales no gubernamentales, entre ellas el comité olí­mpico local, que representan un sí­mbolo del poder kurdo en esta ciudad multiétnica.

Desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, Kirkuk, tercera ciudad del paí­s donde conviven árabes, kurdos y turcomanos, se libró relativamente de la violencia comparado con Bagdad.

Antes de los atentados del lunes, oficiales estadounidenses señalaron «un nivel de violencia aceptable» en la región de Kirkuk, marcada ocasionalmente por la explosión de artefactos explosivos y tiroteos, pero nunca por un ataque de tanta envergadura como el de este lunes.

El atentado lleva la huella de los insurgentes de Al Qaida, que se arraigaron en las poblaciones chiitas de la región, donde muchos de ellos tienen un resentimiento hacia lo que consideran una dominación total kurda.

«Kirkuk es una enorme ciudad petrolera pero los kurdos lo controlan todo: las fuerzas de seguridad, el gobierno, el petróleo, todo», declaró la semana pasada a la AFP un campesino sunita árabe residente en el sur de la localidad.

Las tensiones se incrementaron en los últimos meses debido a un artí­culo de la Constitución iraquí­ que prevé un referéndum antes de fin de año sobre la adhesión o no de la ciudad al gobierno regional autónomo del Kurdistán.

Tras la caí­da del régimen de Saddam Hussein en 2003, numerosos kurdos que huyeron de las persecuciones del ex dictador regresaron a Kirkuk y ahora controlan el gobierno local y la mayorí­a de las fuerzas de seguridad.

En Bagdad, dos atentados con coche bomba dejaron 11 muertos y 20 heridos. El primero tuvo por blanco una patrulla de policí­a y mató a tres agentes y a un civil, mientras que el segundo estalló en un barrio del centro de la capital con un saldo de siete muertos, entre ellos tres niños.

Por otra parte, miles de soldados estadounidenses e iraquí­es lanzaron una amplia ofensiva contra los bastiones de Al Qaida al sur de Bagdad con vistas a detener la llegada de armas a la capital iraquí­, según el ejército estadounidense.

La operación «Marne Avalanche» tiene como objetivo a los insurgentes en el interior y fuera de la ciudad sunita de Jurf al Sajr, situada entre la provincia de Al Anbar (oeste) y la provincia central de Babilonia, precisó una portavoz, la comandante Alayne Conway.