Al menos 41 muertos en atentado contra chií­tas


Peregrinos musulmanes chií­tas realizan un ritual en el dí­a que marca el Arbaeen en Kerbala. Un nuevo atentado mató hoy a por lo menos 41 personas AFP PHOTO / MOHAMMED Sawaf

Un nuevo atentado mató hoy a por lo menos 41 personas en Kerbala, en el último dí­a de una peregrinación a esa ciudad santa del chií­smo situada a 110 km al sur de Bagdad, según un nuevo balance de fuentes oficiales iraquí­es.


Cuando más de un millón de peregrinos comenzaban a abandonar la ciudad, un obús de mortero cayó sobre la multitud, matando a 41 personas e hiriendo a 144, según un nuevo balance de un responsable provincial del ministerio de Salud.

El anterior balance de la misma fuente señalaba 31 muertos y 150 heridos.

El gobernador de la provincia, Amal Eddin al Her, indicó que «el obús de mortero fue disparado desde una región agrí­cola al noreste de Kerbala y cayó en Kantarat al Salam», a 3 km al este de la ciudad. El gobernador atribuyó el ataque a la red islamista Al Qaeda, ayudada por simpatizantes del partido Baas del ex dictador Saddam Husein.

Sin embargo, una fuente del ministerio del Interior afirmó que se trató de dos coches bomba.

Otros dos atentados, cometidos por kamikazes, dejaron al menos 64 muertos y unos 250 heridos el lunes y el miércoles, durante esta celebración, que marca el aniversario del 40º dí­a de la muerte de Husein, figura emblemática del chií­smo, caí­do hace 13 siglos en una batalla que debí­a simbolizar el principal cisma del islam.

«Estas dos últimas semanas hubo 10 millones de visitantes, incluyendo a 100.000 extranjeros llegados de Irán, de los paí­ses del Golfo, Siria, Lí­bano, Tanzania, Estados Unidos, Noruega y Bélgica», declaró a la AFP el gobernador de Kerbala.

Los peregrinos, vestidos de negro y llevando estandartes del mismo color con la imagen de Hussein, desfilaron en procesión golpeándose el pecho o la cabeza en señal de arrepentimiento por no haber ayudado al nieto de Mahoma, muerto en 680 por las tropas del califa omeya Yazid.

Como la tradición exige que los peregrinos se dirijan a pie a Kerbala, el gobernador lanzó un llamado a los responsables de las provincias para que enviasen autobuses que les permitiesen regresar.

«La provincia no puede ocuparse del retorno de los peregrinos. Sólo tenemos 1.000 vehí­culos del ministerio de Transporte, 1.000 del ministerio de Defensa, 1.000 del ministerio de Salud, 100 de la policí­a y 100 de compañí­as privadas», explicó.

Esta ceremonia de aflicción debí­a terminar alrededor del mediodí­a después de la plegaria del viernes.

La comunidad chiita fue también blanco de ataques hoy en otro paí­s, Pakistán.

Al menos 12 personas murieron, entre ellas mujeres y niños, en la localidad paquistaní­ de Karachi (sur) en un atentado perpetrado por un kamikaze en motocicleta contra un autobús en el que viajaban miembros de la minorí­a chií­ta del paí­s. El ataque dejó además unos 40 heridos.

Poco después, otro atentado suicida en el hospital de Karachi donde estaban siendo atendidas las ví­ctimas del primero causó 11 muertos más.

En Irak, la comunidad chií­ta vivió reprimida cuando Saddam Hussein y su partido, el Baas, dirigí­an el paí­s con mano de hierro.

«Estos peregrinajes fueron prohibidos bajo el antiguo régimen y los peregrinos debí­amos dar rodeos para evitar a los baasistas que nos perseguí­an», explicó Husein al Musaui, de 40 años, originario de Kerbala.

«Actualmente, hay gente que quiere el retorno de los que glorificaban al anterior régimen y que niegan las torturas y la opresión del pasado», agregó, en referencia a la decisión adoptada el miércoles por la justicia iraquí­ autorizando a más de 500 candidatos, sospechosos de simpatizar con el partido Baas, a participar en las elecciones legislativas del 7 de marzo.