AL MAESTRO


Con mucha pena y preocupación pude ver esta mañana como se aglutinaba ese grupo de gente venida de no sé cuantos departamentos de nuestra Guatemala.

Fredy Padilla, A-1 6568223

Me puse a pensar, por un momento, qué pensarán los hijos de estos maestros que están lejos de su casa, lejos de su pueblo, lejos de su escuela, la escuela donde muchos niños los esperan con ilusión, en ilusión de querer aprender, de querer ser alguien en la vida, claro está con la ayuda y la guí­a de sus maestros. Me preguntaba qué piensan los maestros estando aquí­ perdiendo su tiempo, apoyando a alguien que no tiene ni siquiera una pizca de dignidad, porque este señor sabe perfectamente que lo que está haciendo no es nada digno.

Señores maestros, ustedes como lo que son deberí­an pensar en la necesidad de los alumnos, de los padres y de ustedes mismos.

De los alumnos, porque necesitan aprender, de los padres, por los gastos que tuvimos que hacer en el inicio de año para poder comprar los útiles, y de ustedes, porque son el pilar de la cultura y la enseñanza.

Pónganse a meditar por un momento si ustedes fueran los padres de esos niños que ahora están sin recibir clases, les aseguro que les dolerí­a no sólo en el alma sino también en el bolsillo.

Piénsenlo bien y mejor elijan a alguien para que los guí­e, pero para hacer cosas buenas, por ejemplo, porqué no hacen huelgas del porqué no les dan mobiliario, buenas escuelas, buenos maestros, en vez de tener a este sujeto que sólo piensa en cómo obtener más dinero. Mándenlo a trabajar para que sepa lo que es ganarse un sueldo y talvez así­ tenga conciencia de lo que está haciendo.

Póngase en los zapatos de muchos de nosotros, los padres de familia, que quieren que sus hijos sean el futuro de la patria, pero un futuro sin huelgas, sin estorbos en su educación y sin dirigentes mediocres que sólo piensan en su bienestar y no en el de los estudiantes.

Por favor depongan el paro y vayan a trabajar que este paí­s está necesitado de gente que trabaje no de haraganes.