Al fin, absoluto acuerdo


Pocas veces los dirigentes polí­ticos se ponen de acuerdo y, menos aún, están en sintoní­a con la población, pero ayer el ingeniero Colom y el general Pérez, Presidente de la República el primero y dirigente de la oposición el segundo, se pusieron mágicamente de acuerdo respecto a lo que es el entorno polí­tico nacional y coincidieron que es un verdadero circo lleno de payasos, expresiones que generaron el aplauso de toda la población que hace mucho tiempo que viene pensando exactamente lo mismo.


Porque la más seria de las actividades de una sociedad, que debiera ser la gestión pública mediante el ejercicio de la polí­tica para representar digna y eficazmente los intereses de la población, hace mucho tiempo que en Guatemala es un pobre sainete. Y no es simplemente que esté uno pensando en lo que hicieron hace poco los diputados cuando se agarraron a empellones, que ni siquiera a las trompadas llegaron, sino que en general todo lo que hacen y dicen es más propio de un espectáculo circense que del oficio que tiene la función esencial de promover y velar por el bien común.

La ausencia de seriedad en el manejo de las cuestiones públicas es algo que salta a la vista y justo es decir que no dejan de salir perdiendo en la comparación los payasos profesionales que por lo menos entretienen a la gente, la hacen reí­r de manera inocua y no le hacen daño a nadie. Porque las payasadas de nuestros polí­ticos sí­ que tienen consecuencias y afectan generalmente en plano negativo a la población o a una parte muy importante de ella.

Por mucho circo que sea y por enorme que pueda ser la payasada de la forma en que el Director de la Policí­a Nacional Civil quiere contrarrestar los secuestros (registrando carros que lleven más de dos pasajeros), la verdad es que su ineptitud manifiesta se traduce en campo libre para que los secuestradores y otro tipo de delincuentes puedan seguir operando con la mayor tranquilidad. De todos los casos de secuestro que ha habido en el paí­s, tanto durante el conflicto como actualmente, cuántos creerá el director de la PNC que se resolvieron mediante el registro de automóviles, práctica que se usó mucho en casos de alto impacto y cuando era la guerrilla la que se llevaba a algún ciudadano.

Pocas veces se podrá encontrar tan alto nivel de coincidencia entre la opinión del Presidente con la del dirigente de la oposición como ahora. Pero fundamental es decir que los ciudadanos por rara ocasión les podemos decir a ambos: tienen toda la razón. Este paí­s lo han vuelto un circo de mala muerte en el que destacan payasos que se levantan todo lo que pueden porque su único servicio es el de engordar la billetera.