El presidente estadounidense, Barack Obama irá al encuentro de la historia este fin de semana, primero en Alemania y luego en Francia, con motivo del 65 aniversario del Desembarco en Normandía, ocasión que aprovechará para abordar los grandes temas internacionales con sus interlocutores.
Los temas nuclear iraní, Medio Oriente, Afganistán, Pakistán y la crisis económica serán dominantes de las entrevistas el viernes en Dresde (sureste) con la canciller alemana Angela Merkel, y el sábado en la mañana en Caen (noroeste) con su homólogo francés Nicolas Sarkozy.
El papel de Francia «contribuye a definir la manera de abordar los problemas más diversos a escala mundial, desde el calentamiento climático a la recesión económica», afirmó el lunes Barack Obama en declaraciones a la cadena de televisión Canal Plus.
El mandatario estadounidense destacó también la firmeza de Francia en Afganistán y su apoyo a la apertura diplomática «directa pero sin concesiones» de Estados Unidos hacia Irán.
Después de Arabia Saudita y Egipto, país donde el jueves llamará a la reconciliación entre occidente y el mundo árabe-musulmán, el presidente Obama cumplirá en Alemania la primera escala de su viaje europeo, que estará marcado por el signo del recuerdo doloroso de la segunda guerra mundial.
Es la segunda vez que Obama viene a Europa desde que asumió sus funciones en enero.
A comienzos de abril, durante una estadía también marcada por la historia, el mandatario asistió en la frontera franco-alemana a la cumbre dedicada a los 60 años de la OTAN.
En la ciudad de Dresde, cuyo centro era una joya de la arquitectura barroca alemana y fue totalmente arrasado por los controvertidos bombardeos aliados en 1945, el presidente quiere ver en persona la transformación de la ex Alemania del Este, según la Casa Blanca.
Barack Obama visitará también el campo de concentración nazi de Buchenwald, en cuya liberación participó el soldado de la 89ª división de infantería estadounidense Charles Payne, hoy de 84 años, uno de los tío-abuelos del presidente norteamericano.
Por último, el presidente Obama irá al hospital militar estadounidense de Lanstuhl (suroeste), donde son atendidos los soldados norteamericanos heridos en Afganistán o en Irak.
El sábado 6 de junio, justo 65 años después del desembarco de las tropas aliadas en las playas de Normandía, Obama rendirá homenaje a los militares muertos por la liberación de Francia, que reposan en el cementerio de Colleville-sur-Mer.
En este camposanto, uno de los grandes símbolos de la participación estadounidense en el frente europeo durante la segunda guerra mundial, están enterrados 10.000 soldados bajo cruces blancas alineadas en la colina que domina Omaha Beach, escenario de una de las mas duras batallas de la operación.
Además de los presidentes estadounidense y francés, los primeros ministros canadiense Stephen Harper y británico Gordon Brown participarán en las ceremonias.
Después de una metida de pata diplomática en torno a la presencia de la reina Isabel II de Inglaterra, finalmente será el príncipe Carlos quien la representará.
A comienzos de abril, Nicolas Sarkozy había prometido que Francia otorgaría «una acogida extraordinaria» a Barack Obama cuando viniese «a esta tierra de Normandía donde tantos jóvenes (estadounidenses) reposan bajo tierra».