Al comandante Fidel Castro con respeto, admiración, con la mejor intención y apego a la verdad I


Aunque nunca he tenido la oportunidad de dialogar con él, puedo dar testimonio de su grandiosa calidad de estadista, y de lí­der internacional, a través de la estrecha amistad que cultivé con Ernesto Guevara (El Che), de mi convivencia con el pueblo cubano durante siete años, durante mi fecundo y aleccionador exilio en el Gran Caimán, que me dio la oportunidad de prestar mis servicios como trabajador jurí­dico y constatar lo que es la administración pública en el sistema socialista, dedicada a la atención de las necesidades del pueblo y no a la de los intereses de las minorí­as oligárquicas nacionales y de los del imperialismo fenicio. Y, además, de la ingente solidaridad que la moral revolucionaria ha hecho crecer en cada cubano, especialmente a favor de los necesitados de cualquier parte del orbe.

Alfonso Bauer

Sin embargo, como ser humano, es posible que cometa errores. Y, a mi juicio, eso ocurrió al negarse a dialogar con el presidente de Guatemala, ílvaro Colom Caballeros. A continuación explicaré por qué es que considero que se equivocó al no permitir entrevistarse con Colom.

Si, lamentablemente es cierto, que como gobernante de Guatemala, él ha sido otro presidente más, como los civiles y militares, que han sido electos o impuestos por la fuerza de las armas, desde 1954 y que han hecho uso del poder, sólo para proteger y permitir a los perniciosos guatemaltecos pertenecientes a los cí­rculos oligárquicos, así­ como a las empresas transnacionales y al Gobierno de los Estados Unidos hacer en el paí­s lo que se les antoja para explotar al pueblo, los recursos naturales y financieros, para su exclusivo provecho y para el de no pocos dignatarios, funcionarios públicos, magistrados, jueces y altos mandos del Ejército.

Si lo anterior es cierto, también lo es que la decisión del Presidente de Guatemala, de otorgarle a Fidel Castro la Orden del Quetzal, en su grado máximo, en demostración del agradecimiento del pueblo de Guatemala por los humanitarios servicios de la confraternidad cubana, médica, educativa, deportiva, puede interpretarse como el inicio de un cambio de rumbo por parte del mandatario ílvaro Colom, que signifique que en verdad su régimen será, al menos, realmente socialdemócrata. Además, estando Colom allá, sucedió el triunfo democrático del pueblo venezolano y de su dirigente bolivariano, Hugo Chávez, y Colom, espontáneamente y en forma pública, manifestó su alegrí­a por el resultado del referendo, que permitirá al Presidente de Venezuela, participar en próximas elecciones para ese cargo.

Me parece que esa declaración del Presidente de Guatemala, debió tomarla en cuenta el Comandante Fidel, pues en su Reflexión del 12/2/09 (que siempre leo, por ser enseñanzas talentosas) escribió:_ «Albergo (…) la seguridad de que en Venezuela la Revolución obtendrá la victoria» y en la Reflexión del 14 , anunció: «Pasaré el dí­a 15 atendiendo las noticias sobre el Referendo Popular que debe decir sí­ o no al derecho del lí­der bolivariano Hugo Chávez Frí­as a ser postulado nuevamente para la Presidencia de la hermana República Bolivariana de Venezuela».

Por eso mismo, es del caso pensar que pudo reconocer lo positivo de la manifestación también solidaria de Colom ante la victoria del pueblo venezolano y de su Presidente de la República, y recibir la visita de Colom e incluso, con su grande experiencia y destreza polí­tica, aconsejarle al Presidente de Guatemala que continúe por la senda del ALBA y definitivamente huya de la del ALCA.

Baso mi anterior opinión, en el hecho de que si Colom es Presidente de Guatemala, en parte se debe a Cuba, porque yo no me he olvidado de la actuación de mi estimado amigo, Humberto Castañeda, quien fue alto oficial de la Embajada de Cuba en Guatemala, y que en cualquier lugar u ocasión, previo al evento electoral que ganó ílvaro Colom, con entusiasmo repetí­a: «El próximo presidente de Guatemala, será ílvaro Colom» (Continuará)