La economía europea se está desacelerando de forma peligrosa bajo los efectos del alza del petróleo y el euro fuerte, y corre el riesgo de estancarse e incluso caer en una recesión, en una coyuntura de inflación récord, según los últimos indicadores y la opinión de expertos.
Una serie de indicadores que miden la salud de la Eurozona publicados ayer confirman los problemas que atraviesa el espacio de la moneda única compartido actualmente por 15 países de la Unión Europea (UE).
El índice de confianza en los sectores de la industria manufacturera y los servicios alcanzó en julio su nivel más bajo desde noviembre de 2001, a 47,8 puntos, contra 49,3 puntos en junio.
Al mismo tiempo, la confianza de los empresarios de las tres principales economías de la zona euro (Alemania, Italia y Francia) no cesa de caer.
En Alemania, el barómetro del instituto de coyuntura Ifo sobre el clima de negocios cayó a su nivel más bajo de los últimos tres años.
La tendencia es idéntica en Francia, donde la confianza de los industriales se degradó por sexto mes consecutivo en julio, y en Italia, que registró también una caída de la confianza de las empresas manufactureras.
De su lado, España se prepara para un período de vacas flacas y el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero redujo ayer su estimación de crecimiento a 1,6% del PIB en 2008 y apenas el 1% en 2009, con tasas de desempleo en fuerte alza, que podrían alcanzar el 12,5% en 2009 según la previsión gubernamental anunciada este martes.
A esta situación complicada en las economías más grandes de la Eurozona se suma la creciente preocupación de los consumidores, que ven como cae su poder adquisitivo a raíz del aumento espectacular de los precios de los combustibles y los alimentos.
Para el economista Stéphane Deo, del banco UBS, la conclusión es simple: «La zona euro está al borde de la recesión», definida por los expertos a través de dos trimestres consecutivos de retroceso del Producto Interior Bruto (PIB).
Si se concreta ese escenario, sería la primera vez que se registra recesión en la zona euro desde su creación en 1999.
En el mejor de los casos, Stéphane Deo prevé un crecimiento mínimo del 0,1% del PIB en el segundo y tercer trimestre, muy lejos del 0,8% registrado en los tres primeros meses del año.
Lo que sí ya está claro es que la recesión ya ha comenzado en el sector industrial, una tedencia que no debería invertirse excepto que se confirme el inicio de repliegue de los precios del petróleo observado recientemente.
Para Holger Schmieding, economista del Bank of America, todavía no se puede hablar de recesión, pero los «sombríos» indicadores publicados ayer muestran que «el crecimiento europeo están casi deteniéndose».
En ese sentido, la Comisión Europea, que preveía ya una clara desaceleración del crecimiento en la Eurozona este año, a 1,7% del PIB contra 2,6% en 2007, podría volver a revisar su pronóstico a la baja próximamente.