Por segundo año consecutivo, el ajedrez viviente vuelve a retomar el control de las piezas guatemaltecas para alcanzar la práctica del deporte ciencia de forma masiva en el país.
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A diferencia del año pasado que tuvo lugar en el estadio Mateo Flores con motivo de la inauguración de los Juegos Deportivos Nacionales, en esta oportunidad la actividad será en la Plaza de la Constitución el 17 del mes entrante (a las 17:30 horas).
En aquel momento participaron 32 voluntarios que le dieron vida a la partida de Don Guillermo Vassaux de la Olimpiada de Ajedrez en Argentina 1939.
«En esta ocasión también participarán 32 voluntarios, pero se representarán tres grandes partidas, la última en tablas que jugó Robert Fisher contra Mijael Talén en 1960», aseguró Rodrigo Galeros, organizador del evento.
«La clase de ajedrez masivo lleva como mensaje la paz, porque las piezas dejan de combatir, los dos ejércitos dejan de luchar y firman la paz», continuó explicando el organizador.
«La actividad es gracias al señor alcalde, ílvaro Arzú, quien nos facilitó el vestuario de toda la logística del programa», agregó.
Nace por el amor
En al presente esta actividad se practica en España y sus orígenes se remontan a 1454 en la ciudad de Marostica, Italia, en donde nació en base a una leyenda de amor cuando dos reyes disputaban el amor de la princesa Leonor.
El padre de Leonor les propuso que el ganador de la partida del ahora denominado ajedrez viviente se llevaría la mano de su hija.
«En Guatemala podemos hacer lo que nos proponemos, pero existe mucho escepticismo, mucha desconfianza. No creemos que otros sean capaces de realizar este tipo de eventos, pero ahora con segunda ocasión demostramos lo contrario», concluyó Galeros.
La historia
Cada dos años, en la ciudad de Marostica se juega una partida de ajedrez viviente, donde el tablero es la plaza de la ciudad, que tiene un embaldosado blanco y negro de ocho casillas de lado.
Las piezas son hombres y mujeres vestidos con trajes medievales. Los caballos son caballos, y parece que relinchan y se ponen nerviosos si hay mucha gente.
Por lo general, se reproduce una partida importante de la historia del ajedrez.
Morostica queda cerca de Venecia y es una ciudad pequeña y antigua. Se dice que la tradición del ajedrez viviente empezó a fines de la Edad Media, cuando dos caballeros pretendían a la bella hija del señor de la ciudad.
En lugar de enfrentarse en un duelo mortal, prefirieron disputársela por medio de una prudente partida de ajedrez.
Hoy por hoy, se organizan partidas del ajedrez viviente en diferentes partes del mundo, tal el caso de Japón, donde se reproduce un juego similar al deporte ciencia llamado shogi.
En la ciudad japonesa de Tendo se lleva a cabo cada primavera una partida de shogi viviente.