La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Jacques Chirac se reúnen el viernes en Meseberg, cerca de Berlín, en una cumbre informal en la que los dos países expresarán sus inquietudes ante el plan de restructuración de Airbus.
«No será una cumbre Airbus», advirtió sin embargo el portavoz adjunto alemán Thomas Steg, explicando que Berlín respeta la autonomía de las decisiones de la empresa, y que no le corresponde a los políticos decidir en lugar de los responsables del grupo europeo de aeronáutica y defensa EADS (matriz de Airbus).
Steg reconoció sin embargo que se hablará del plan de restructuración «Power8» y de sus consecuencias para Alemania y Francia, en términos de inversiones tecnológicas y de empleo.
La reunión también preparará la declaración del 50 aniversario del Tratado de Roma, a fines de marzo, y las decisiones sobre las instituciones que deben ser adoptadas tras la presidencia alemana en junio.
No obstante, Airbus será uno de los temas estrellas de la cumbre informal.
Francia desea resolver «rápidamente» esa crisis, «en un espíritu de alianza, y de repartición equitativa de esfuerzos» entre ambos países, indicó la presidencia francesa antes de la cumbre.
Mientras, la irritación crece por parte alemana, pues se teme que los siete centros de Airbus en Alemania paguen los platos rotos de la restructuración.
Steg quedó sorprendido por la cifra de 10.000 empleos suprimidos en Airbus, adelantada por el Primer ministro francés Dominique de Villepin, preguntándose de dónde sacaba el jefe de gobierno esos datos.
Tampoco mejoran las cosas declaraciones como las del copresidente francés del Consejo de Administración de EADS, Arnaud Lagardí¨re, quien dijo que tanto él como el Estado francés «serán intratables» en la defensa de los «intereses franceses» .
Gí¼nter Gloser, coordinador de las relaciones franco-alemanas en el gabinete de Angela Merkel, trató de apaciguar el ambiente sugiriendo una «nueva reflexión tranquila» sobre las expectativas de cada país.
Para Alemania es esencial mantener en su territorio centros de Airbus de alta tecnología, así como una repartición justa de la carga de la restructuración.
Según el diario Sí¼ddeutsche Zeitung, ninguna decisión concreta o ningún avance en el caso Airbus se espera tras el encuentro entre la canciller y el presidente francés en el castillo de Meseberg.
Ambos se pusieron de acuerdo en excluir de sus conversaciones los detalles técnicos del caso, pero intentarán reducir su dimensión emocional. Además, insistirán en los éxitos obtenidos hasta ahora en esta cooperación franco-alemana y europea, según indica este diario de Munich.
No es la primera vez que la política industrial y económica divide a ambos aliados: las divergencias fueron claras en varios asuntos industriales, en los que la intervención del gobierno francés fue percibida por Berlín como nacionalista, así como en las críticas francesas a la independencia de la política monetaria del Banco Central Europeo, defendida claramente por Angela Merkel.
Esta cumbre será, antes de su muy probable final de mandato el 16 de mayo, la última del presidente Chirac con la canciller en su formato denominado de «Blaesheim», un tipo de reunión sin orden del día prefijado. Pero hasta entonces, es muy posible que Merkel y Chirac vuelvan a encontrarse, pero en un «formato» diferente.