El subdirector de la AIEA, Olli Heinonen, se reunió el miércoles con una delegación iraní para tratar de aclarar puntos oscuros de su controvertido programa nuclear, mientras Teherán volvía a confirmar que no suspenderá su enriquecimiento de uranio.
La reunión se inició con la presencia de lado iraní de Javad Vaidi, adjunto del Consejo Supremo de la Seguridad Nacional encargado de asuntos internacionales, Mohamad Saidi, subdirector de la Organización Iraní de Energía Atómica (OIEA), y Alí Asghar Soltanieh, representante de Irán ante la AIEA.
El resultado de esta visita de dos días será difundido públicamente en una conferencia de prensa el jueves, Ali Asghar Soltanieh, representante de Irán ante la AIEA al recibir a Heinonen en el aeropuerto.
Mientras tanto, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, declaró el miércoles que su país no suspenderá el enriquecimiento de uranio.
«El ritmo de instalación (de las centrifugadoras) puede disminuir o aumentar, pero nadie debe esperar que nosotros renunciemos a nuestro derecho y que detengamos el trabajo», afirmó Ahmadinejad, citado por la agencia IRNA.
El director de la AIEA, Mohamed ElBaradei, había indicado el 22 de junio, luego de una entrevista en Viena con Larijani, que las dos partes tratarían de ponerse de acuerdo, en un plazo de dos meses, en un plan de acción que permitiría a Irán responder a las preguntas de la AIEA sobre su programa nuclear.
La AIEA espera fundamentalmente explicaciones sobre el origen de los rastros de contaminación con uranio altamente enriquecido en equipos, el destino de los planes de las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio modernas de segunda generación (P2), y la obtención de planos para moldear hemisferios de uranio metálico que tengan aplicaciones militares.
Estas cuestiones crean inquietud en la agencia sobre el carácter del programa nuclear iraní.
Irán afirma que tiene un objetivo meramente civil y que no tiene intenciones de dotarse del arma nuclear, contrariamente a lo que temen numerosos países.
El mutismo de las autoridades iraníes y la reanudación de sus actividades de enriquecimiento de uranio en enero de 2006 condujeron a la AIEA a presentar el caso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Luego, el Consejo de Seguridad adoptó tres resoluciones, dos de las cuales imponen sanciones, para lograr fundamentalmente que Irán suspenda su enriquecimiento de uranio.
ElBaradei afirmó el lunes que Irán había desacelerado su programa en esa materia. «Hemos constatado un desarrollo más bien lento en la instalación de nuevas cascadas», declaró a los periodistas.
Irán explotaba más de 1.300 centrifugadoras de enriquecimiento de uranio a mediados de mayo en su centro de Natanz, una cifra que podría llegar a 3.000 para fines de julio, según un alto diplomático vinculado a la AIEA.
ElBaradei volvió a pedir a Irán que congele sus actividades de extensión de las instalaciones de enriquecimiento de uranio a su nivel actual de producción, pero las grandes potencias occidentales insisten en una suspensión completa.
El martes, responsables de los servicios de inteligencia militar israelíes estimaron que Irán tendrá una capacidad nuclear en 2009, pero que no dispondrá de armas nucleares operacionales antes de tres o cuatro años.
Por otra parte, según imágenes de satélite difundidas el lunes por el Instituto para las Ciencias y la Seguridad Internacional, Irán está construyendo túneles cerca del complejo de enriquecimiento de Natanz (centro). Este instituto supone que se trata de proteger la producción de esas instalaciones contra eventuales ataques militares aéreos.
Túneles similares fueron cavados a partir de 2004 cerca de la instalación de Ispahan para albergar la producción de gas de hexafluoruro de uranio, que luego es inyectado en las cenfrifugadoras de Natanz.
Mahmud Ahmadinejad, presidente de Irán.