La comunidad internacional debe «presionar activamente» a Estados Unidos para que cierre el campo de detención de Guantánamo (Cuba), pidió este jueves Amnistía Internacional (AI), cinco años después de la llegada a esta base de los primeros prisioneros de su «guerra contra el terrorismo».
«No basta con que los dirigentes mundiales expresen su inquietud respecto a Guantánamo y sigan trabajando con Estados Unidos como si nada pasara», señaló en un comunicado la organización de defensa de los derechos humanos.
Para AI, «la comunidad internacional debe presionar activamente a Estados Unidos para que cierre Guantánamo y respete de nuevo el derecho internacional».
La organización, con sede en Londres, recuerda que más de 750 personas de 45 nacionalidades, incluidos niños menores de 13 años, han sido encerradas en este campo de prisioneros estadounidense desde el 11 de enero de 2002, y que cerca de 400 siguen allí.
AI denuncia la práctica de «la tortura, la humillación, la discriminación, la evitación de los tribunales y el desprecio de las obligaciones impuestas por los tratados, en una casi total impunidad».
«Ningún individuo puede estar fuera de la protección de la ley y ningún gobierno puede situarse por encima de la ley. El gobierno estadounidense debe detener esta parodia de justicia», afirma Amnistía.
Según la ONG, «millones» de personas se disponen a participar en manifestaciones y actos organizados entre el miércoles y el sábado en más de 20 países para reclamar el cierre «de una vez por todas» de este centro de detención.
«Todos los detenidos deben tener un juicio justo sin demora o ser liberados», reclamó la asociación, que subraya que entre ellos se encuentran personas llevadas desde Gambia, Bosnia, Mauritania, Egipto, Indonesia, Tailandia, Pakistán y Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
«Algunos prisioneros estuvieron detenidos en prisiones secretas de la CIA en otros lugares del mundo y luego fueron transferidos a Guantánamo», afirmó.
Según la asociación, el campo de Cuba es la «plataforma giratoria de la red de prisiones secretas y de traslados (de prisioneros) tejida en el mundo por Estados Unidos con la complicidad de otros gobiernos, incluidos Europa, Oriente Medio y el Norte de Africa».
«Ya es hora de que Estados Unidos y sus socios en este crimen pongan fin a esta red de secretos y maltratos», sentenció Amnistía.