El presidente Mahmud Ahmadinejad dijo el lunes que está dispuesto a correr el riesgo y convertirse en el primer astronauta iraní como parte del objetivo de su país de enviar un hombre al espacio.
«Estoy dispuesto a ser el primer iraní que se sacrifique por los científicos de nuestra nación», dijo Ahmadinejad en un discurso ante investigadores espaciales en Teherán, de acuerdo a un despacho de la agencia noticiosa oficial IRNA.
La turista espacial Anousheh Ansari fue la primera iraní en viajar al espacio en una cápsula Soyuz TMA-9 que fue lanzada en septiembre de 2006 desde Baikonur, en Kazajstán.
La empresaria de las telecomunicaciones, de 40 años, pagó 20 millones de dólares por una visita a la estación espacial. Con su odisea, Ansari se convirtió en inspiración para las mujeres en Irán, donde los hombres tienen un papel dominante en los diversos ámbitos.
Irán envió el lunes anterior un mono al espacio y describió esa misión como un paso triunfal en los planes de Teherán de enviar un hombre al espacio en los próximos cinco o seis años.
El mono, llamado «Phisgham» (precursor), alcanzó en su nave una altura de 120 kilómetros (72 millas) y regresó sano y salvo a la Tierra, según la información oficial.
En 2010, Irán anunció que había enviado al espacio un cohete explorador con un ratón, una tortuga y gusanos.
Las autoridades espaciales de Irán afirman que el país prepara el lanzamiento de un cohete de mayor tamaño que transportará un animal más grande a fin de recabar mayores parámetros de seguridad con la idea de enviar un hombre al espacio.
El ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, dijo que Irán enviará al espacio en fecha próxima un satélite desde su centro espacial Imán Jomeini en construcción.
La agencia noticiosa no abundó en detalles ni reveló la ubicación del centro espacial, aunque Irán posee un importante complejo para el lanzamiento de satélites cerca de Semnan, unos 200 kilómetros (125 millas) al este de Teherán.
Irán tiene una instalación para el rastreo de satélites en las afueras de Mahdasht, unos 70 kilómetros (40 millas) al oeste de la capital.
Teherán afirma que desea poner satélites en órbita para mejorar las telecomunicaciones, ampliar la vigilancia militar en la región y observar los desastres naturales debido a la actividad sísmica en el país.