¡Ah, esos benditos correos!: el dí­a necesita de 29 horas


A punto de terminar mi breve perí­odo de vacaciones, comparto con mis contados lectores que carecen de Internet, un mensaje electrónico que resume otros correos, y para intentar que sonrí­an.

Eduardo Villatoro

Todos los dí­as tenemos que comer una manzana, por el hierro que contiene, y un banano, por el potasio. También una naranja, que contiene vitamina C; medio melón, para mejorar la digestión, y una taza de té verde sin azúcar, para prevenir la diabetes. Todos los dí­as -indican los correos- hay que tomar dos litros de agua, por lo menos

Diariamente, también, hay que tomarse una Activia o un yogur para tener  «L. Cassei Defensas», que no sé que significa; pero dicen que si no se toma un millón y medio todos los dí­as, uno empieza a ver la gente algo así­ como borrosa. No debe faltar una aspirina diaria, a fin de prevenir infartos al corazón, más un vaso de vino tinto, para lo mismo, y otro vaso de vino blanco, conveniente para el sistema nervioso. No faltará un vaso de cerveza, que ya no me acuerdo para qué era. Si se lo toma todo junto, por más que le dé un derrame allí­ mismo, no se preocupe, ni se va a enterar. Pero puede agarrar larga furia si es alcohólico anónimo o activo.

Todos los dí­as hay que comer fibra, mucha, muchí­sima fibra, hasta que logre defecar un suéter. Recuérdese que hay que hacer entre 4 o 6 comidas diarias, livianas, sin olvidarse de masticar cien veces cada bocado. Haciendo un pequeño cálculo, sólo en comer se van como 5 horas. Ah, pero después de cada comida hay que cepillarse los dientes, o sea, después de la Activia y las fibras, lavarse los dientes; después de la manzana, los dientes; después del banano, los dientes… sin olvidar pasarse el hilo dental, el masajeador de encí­as, buches, enjuagues. Mejor meta al baño su equipo de sonido, porque entre el agua, la fibra y los dientes, va a pasar viarias horas del dí­a allí­, y para entretenerse necesita escuchar música y noticias por la radio.

Hay que dormir 8 diarias y trabajar otras 8, más las 5 que se emplean en comer, son 21. Quedan 3, si no surge un imprevisto. Pero, según las estadí­sticas, que citan los remitentes de esta clase de correos, todo el mundo ve 3 horas diarias TV. Algo difí­cil si se toma en cuenta que debe caminar por lo menos media hora  diaria.  

No olvide que debe cultivar las amistades porque son como una planta: hay que regarlas a diario. Además, hay que estar bien informado, así­ que se deben leer dos periódicos, uno de la tarde, La Hora, por supuesto, y otro matutino, para estar bien informado. ¡Ah! Hay que tener relaciones sexuales todos los dí­as, pero sin caer en la rutina. Se debe ser innovador, creativo, renovar la seducción. Y eso lleva su tiempo. ¡Y ni qué hablar si el sexo es tántrico! (Yo no sé de qué se trata, pero así­ está escrito en mi computadora) Al respecto -dice el remitente- recuerde que después de cada comida hay que lavarse los dientes.

También se debe buscar tiempo para barrer, lavar la ropa, los platos y cuidar de los hijos. En fin, la cuenta me sale en unas 29 horas diarias. La única alternativa que se le ocurre a mi contacto cibernético es hacer varias cosas a la vez. Por ejemplo: se ducha con agua frí­a, y teniendo la boca abierta se traga los dos litros de agua. Cuando salga del baño con el cepillo de dientes en la boca, le va haciendo el amor tántrico a su pareja, que, de paso, mira la TV y aprovecha para contarle lo que ocurre.

¿Le quedó una mano libre? Pues a llamar a sus amigos. Pero si aún le restan dos minutos reenví­e este artí­culo a ellos mismos. (Hay que regar las plantas). Y aquí­ lo dejo en paz porque entre el yogur, el medio melón, la cerveza, el primer litro de agua y la tercera comida con fibra del dí­a ya no sé qué estoy haciendo, pero necesito ir al baño urgentemente. Aprovecharé para cepillarme los dientes.