Afrodescendientes, indígenas y mujeres son los sectores de la población más afectados por la discriminación, problemática que incide directamente en la conflictividad agraria.
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Según Oswaldo Lapuente, Secretario de Asuntos Agrarios de la Presidencia, se han recibido aproximadamente 1,500 denuncias relacionadas con problemas de desalojos de fincas y conflictos agrarios, sin embargo, existen cientos de casos que no son denunciados por los afectados.
Lapuente apunta que los problemas relacionados con el agro en Guatemala están directamente vinculados con la discriminación y racismo, problemas que, según indicó, han trascendido desde el tiempo de la Colonia de América hasta ahora.
Entre las dificultades que se encuentran para accionar en el campo legal contra la problemática de tenencia de tierras se encuentra la constante forma de posesión de tierras, en donde los grandes latifundistas dominan los mercados comerciales.
Sin legislación
Asimismo la debilidad del sistema jurídico guatemalteco es una plataforma para que se den inconsistencias en el desarrollo de los procesos, ya que no se tiene contemplada una política contundente que legisle y juzgue los casos de conflictividad.
«No puede ser que se siga los procesos de la conflictividad agraria basados en los tribunales civiles porque el Código Civil no contempla este tema», agregó Lapuente.
Invisibilización
Nicolás Pacheco, de la Red Intercultural Utzil, estima que los medios de comunicación han sido el canal por el que se ha perdido la identidad cultural, por lo que las personas ya no quieren pertenecer a su etnia y siguen las tendencias que ven en las revistas y televisión, donde los europeos y estadounidenses son un modelo a seguir.
Pacheco asegura que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos ha afectado gravemente la situación de los campesinos del área rural, que ya se encontraban en desventaja antes de la aprobación del acuerdo comercial dada su circunstancia de marginación y subdesarrollo.
«Los programas de apoyo para exportadores y empresarios benefician a las empresas que cuentan con recursos mientras que el campesinado se queda sin posibilidades», concluyó Pacheco