Decenas de miles de personas apoyaron ayer una exhortación de la presidenta Cristina de Kirchner a los agricultores en rebelión fiscal a que desbloqueen rutas y acepten un acuerdo, pero los líderes agrarios decidieron prolongar la protesta que ya cumple 100 días.

«En nombre de la democracia, les pido que liberen las rutas, que dejen a los argentinos que volvamos a producir y a trabajar», dijo Kirchner con tono dramático y voz afónica, en un mitin considerado una demostración de fuerza frente a los productores agropecuarios.
La mandataria dio un giro respecto de la dureza de anteriores mensajes suyos en el conflicto, al instar a «tenderles la mano y llamarlos a la reflexión» a los agricultores, ante decenas de miles de partidarios del gobernante peronismo socialdemócrata, en la histórica Plaza de Mayo.
Sin embargo, horas después de la exhortación presidencial, los líderes agrarios anunciaron que el cese de comercialización de granos destinados a la exportación, que debería culminar la medianoche del miércoles, continuará por 48 horas.
Los dirigentes aclararon que en los centenares de cortes de rutas que existen en todo el país, se permitirá la circulación de vehículos que transporten hacienda, leche y alimentos perecederos para no perjudicar el abastecimiento de artículos de primera necesidad en las grandes ciudades.
La tensión parecía haberse descomprimido el martes, luego de que Kirchner anunció el envío al Congreso — tal como lo solicitaban los productores — de un proyecto de ley sobre los gravámenes móviles a las exportaciones de granos, cuya imposición en marzo detonó el conflicto.
Sin embargo, los dirigentes anticiparon que no están de acuerdo con el contenido del proyecto y desconfían de que el oficialismo pretenda un mero trámite formal, en virtud de su mayoría en ambas cámaras.
«Solicitamos que se abra el proyecto para que surjan modificaciones por consenso. Si se aprueba tal como está se convalida el sistema de retenciones (impuestos) que cuestionamos durante cien días», dijo a la prensa Eduardo Buzzi, líder de los pequeños y medianos productores.
Los dirigentes anticiparon que el lunes, cuando está previsto el comienzo del trámite parlamentario en la Cámara baja, solicitarán formalmente una audiencia con Kirchner, aunque el Gobierno insistió en que no habrá diálogo si no se levanta la huelga y los cortes de rutas.
La decisión de la presidente de centrar el debate en el Congreso había recibido elogios de dirigentes de la oposición y ruralistas, que venían reclamando el tratamiento de los impuestos en el Poder Legislativo.
De manera simultánea al masivo acto oficial, millares de agricultores cumplieron una jornada de reflexión y oraciones religiosas, en especial en ciudades y pueblos del interior del país, de fuerte raigambre católica.
En su discurso, Kirchner convocó a los agricultores a participar de un pacto social y productivo llamado «Acuerdo del Bicentenenario» de la revolución independentista de Mayo de 1810.
«A los que creen que pueden hacerlo mejor que nosotros (gobernar), los invitamos a que democráticamente se constituyan como partido político y que en las próximas elecciones reclamen el voto del pueblo», dijo la mandataria.
En otro párrafo de su mensaje, defendió los impuestos a las exportaciones de soja y otras materias primas y planteó el «problema de los alimentos y la energía cada vez más caros en todo el mundo».
Argentina es uno de los mayores proveedores de alimentos y exporta materias primas y productos agroindustriales por unos 35 mil millones de dólares anuales, más del 50% de las ventas externas.
La cosecha argentina de soja está valuada en unos 24 mil millones de dólares este año y el Gobierno intenta recaudar unos 11 mil millones.
Las retenciones móviles fijan porcentajes progresivos de aumento a medida que crecen los precios internacionales, que en el caso de la soja orillaba este miércoles las 572 dólares por tonelada.
Las entidades de agricultores en rebeldía fiscal anunciaron ayer que prolongarán hasta mañana el cese del comercio de granos para exportación, en el marco de un conflicto que cumple 100 días en Argentina, uno de los mayores productores mundiales de alimentos.
Los ruralistas reclaman dejar sin efecto un alza a las retenciones (impuestos) sobre la producción de soja y otros granos, anunciada el 11 de marzo pasado por el gobierno.
Las cuatro principales entidades de productores agropecuarios decidieron la continuidad de la medida de fuerza, luego de un multitudinario mitin en el cual la presidente Cristina Kirchner les pidió que terminen con los cortes de ruta y acepten un acuerdo para poner fin a la puja que agobia al país sudamericano.
Los dirigentes precisaron que este jueves y viernes permitirán la circulación de vehículos que transporten hacienda, leche y alimentos perecederos para no perjudicar el abastecimiento de artículos de primera necesidad en las grandes ciudades.
La situación parecía haberse descomprimido el martes, luego que Kirchner anunció el envío al Congreso –tal como lo solicitaban los productores– de un proyecto de ley sobre los gravámenes móviles a las exportaciones de granos, cuya imposición en marzo había sido el detonante del conflicto.
Sin embargo, los dirigentes anticiparon que no están de acuerdo con el contenido del proyecto y que seguirán de cerca el trámite parlamentario que comenzará este lunes.