El acto de agradecer puede ser visto desde variadas perspectivas. Como producto de la cortesía y educación de una persona, como un valor y una conducta que nos ayuda a trascender. Y en el diccionario se considera que es sentir o mostrar gratitud por algo recibido.
A uno con frecuencia se le olvida ser agradecido, por cada cosa que la vida le proporciona. Sea pequeña o grande, aún de las situaciones adversas uno puede encontrar un motivo para agradecer. De modo contrario nos volvemos un mar de quejas y éstas le quitan sentido a nuestra vida, nos hacen sentir infelices. Así que como consecuencia, tenemos ojos y no logramos ver, oídos y no escuchamos, de esta manera dejamos de apreciar la realidad que nos circunscribe.
Cuando acogemos el agradecimiento en nuestra vida la percepción de lo ordinario se vuelve extraordinaria. Nuestros sentidos se agudizan y consideramos a la vida como un regalo importante. Nos conectamos con nuestro interior, establecemos relaciones próximas e íntimas, salimos de nuestro propio yo, es decir nos trascendemos a nosotras y nosotros mismos.
Osho, filósofo hindú, nos refiere: “La gratitud prepara el camino. Sentíos tan agradecidos a la existencia como os sea posible… por cosas pequeños, no solo por las grandes… por el simple acto de respirar. No tenemos ningún derecho sobre la existencia, de modo que aquello que se recibe es un regalo. Desarrollad cada vez más la gratitud; dejad que se convierta en vuestro estilo. Estad agradecido a todos.”
Se debe saber agradecer, se puede realizar de muchas maneras, pero es referido que desafortunadamente cada vez son menos las personas que agradecen, porque muchas veces consideran que lo que se les otorga no tiene importancia o dan por sentado que es algo que simplemente merecen y no tienen por qué agradecer.
Pero en la vida nadie se encuentra obligado a darnos afecto, obsequios o muestras de aprecio. Puede ser que lo que nos otorgan no nos guste, pero agradecer nunca se encontrará de más. Y esta conducta ha sido considerada como una enseñanza del buen vivir y es necesaria establecerla dentro del seno familiar. La gente agradecida será bienvenida y admirada en cualquier ámbito social.
Para agradecer se ha de tener la intención de transmitir el aprecio y la valorización que hacemos del afecto que nos prodigan las demás personas, de los favores y de los obsequios que nos han proporcionado. Una palabra, una sonrisa amable, una conducta solidaria y de apoyo, una pequeña tarjeta, un pequeño obsequio, hacernos presentes ante eventos importantes en la vida de los demás, son consideradas muestras de agradecimiento.
Louise Hay nos dice” Dar gracias a la vida todos los días por las infinitas bendiciones que nos ofrece nos abre el camino para que nos lleguen más regalos del Universo” Cuando nos sentimos agradecidos pasamos de ser víctimas a ser conscientes de nuestro poder de elección. Podemos elegir, agradecer las oportunidades que nos ofrece la vida de aprender y avanzar o podemos quejarnos de lo que nos ha tocado vivir.
Y al respecto me queda citar un proverbio cuyo origen no tengo esclarecido: “Yo me quejaba que no tenía zapatos, hasta que me encontré a alguien que no tenía pies”.