Agente salvadoreño que murió en tiroteo esperó ayuda durante 33 minutos


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Un agente de seguridad se desangraba indefenso tras ser baleado en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles mientras los paramédicos esperaban a 150 metros de distancia porque la policía no les había permitido entrar debido a preocupaciones de seguridad, según dos funcionarios policiales.

Por TAMI ABDOLLAH, LOS ANGELES Agencia AP

Pasaron 33 minutos antes que el agente de origen salvadoreño Gerardo Hernández, de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), fue sacado del lugar por la policía en una ambulancia, dijeron los funcionarios, que fueron informados de la investigación y que hablaron a condición de no ser identificados porque la investigación del ataque del 1 de noviembre no ha concluido.

Pero excepto durante los primeros cinco minutos, no hubo amenaza del hombre armado, a quien la policía había herido de bala y estaba arrestado, dijeron.

Aunque no se sabe cuándo murió Hernández o si haber recibido atención médica de inmediato le habría salvado la vida, las autoridades estudian las comunicaciones entre la policía y los jefes de bomberos para determinar cuándo era seguro ingresar a la terminal y si los paramédicos pudieran haber entrado antes, dijo uno de los funcionarios.

Las conclusiones oficiales de la investigación pueden demorar meses, pero lo que se conoce hasta el momento hace pensar en la posibilidad de que la falta de coordinación entre la policía y los bomberos pudo obstaculizar la atención a Hernández y otras víctimas.

Otros empleados de la TSA en el aeropuerto se han estado preguntando lo mismo, dijo Víctor Payes, quien trabaja en el aeropuerto y es presidente del sindicato local.

«Creo que en este aeropuerto hay una falta de coordinación entre las entidades, y eso puede haber llevado a lago que no debió suceder», dijo Payes. «Quizás el agente Hernández hubiera sobrevivido».

Representantes de la Policía de Los Ángeles, los Bomberos de Los Ángeles y la Policía del Aeropuerto de Los Ángeles dijeron que no podían comentar sobre la investigación hasta que concluya.

Las autoridades afirman que el agresor, Paul Ciancia, entró a la Terminal 3 con una bolsa, sacó un fusil militar y comenzó a disparar, agregando que en la bolsa tenía una nota que decía que quería «matar (a agentes de la) TSA», provocarles temor y dijo que sus registros eran inconstitucionales.

Ciancia fue herido de bala cuatro veces por policías del aeropuerto, en la boca y una pierna, antes de ser arrestado. Está estable en un hospital y sus médicos decidirán cuándo puede presentarse ante un tribunal.

La policía comunicó por radio que Ciancia estaba detenido a las 9:25 a.m., cinco minutos después que Hernández fue herido en el pecho. Fue entonces cuando un agente con 26 años en la policía de Los Ángeles revisó varias veces a Hernández y dijo repetidas veces a agentes de otras entidades «está muerto», según uno de los funcionarios policiales.

No está claro si el agente estaba calificado para determinar que Hernández estaba muerto. Ningún policía le practicó primeros auxilios en el lugar, según las grabaciones de seguridad revisadas por los funcionarios. Finalmente, la policía del aeropuerto colocó a Hernández en una silla de ruedas y lo llevó a una ambulancia.

El cirujano de traumatología David Plurad dijo que Hernández no tenía signos vitales cuando llegó al Centro Medico Harbor-UCLA. Los médicos trataron de reanimarlo durante una hora a pesar de la fuerte pérdida de sangre.

«Cuando a alguien lo hieren de bala y está desangrándose, hay que tratarlo de inmediato, en un par de minutos, y lo que hay que hacer es sencillo: aplicar compresas, torniquetes y vendas adecuadas para detener la hemorragia», dijo el Dr. Lawrence E. Heiskell, médico especializado en emergencias desde hace 27 años y reservista de la policía quien fundó la Escuela de Medicina Táctica, con fondos federales y estatales.

La respuesta a un hombre armado ha cambiado desde la masacre escolar de Columbine en 1999, cuando los agentes se reunieron afuera de la escuela para planear qué hacer mientras adentro seguían los disparos y un maestro se desangró. Las normas ahora son que la policía entre de inmediato al lugar del tiroteo y los agentes se preparan para pasar por encima de los heridos y neutralizar primero al agresor.

Como los agentes son generalmente los primeros en llegar a un lugar donde hay heridos, las leyes de California exigen que reciban capacitación de reanimación cardiopulmonar y primeros auxilios, primero en la academia de policía y después cada cierto tiempo.

Una auditoría reciente de Alex Bustamante, inspector general de la Comisión de Policía de Los Ángeles, concluyó que la Policía de Los Ángeles no cumplía esa norma en lo absoluto. Sólo 250 agentes jurados de la División Metropolitana, de los más de 9.000 agentes del departamento, recibieron repasos, indica. La policía del aeropuerto sí tiene esa capacitación.

En los delitos del diario, los bomberos esperan a que la policía despeje el lugar, por lo general en cuestión de minutos, para dejarlos entrar, dijo Larry Collins, jefe de batallón de bomberos de Los Ángeles y miembro del grupo de trabajo multiagencias que trabaja en la creación de directrices para manejar incidentes con gran cantidad de víctimas.

«Cuando hay una persona armada que no ha sido arrestada, no podemos mantenernos alejados una cuadra, tenemos que entrar al lugar» porque asegurar la zona puede demorar horas.