Advierten sobre efecto búmeran en el mundo de la ciberguerra


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El gobierno del presidente Barack Obama advirtió a las empresas estadounidenses sobre un virus de computadora inusualmente poderoso que infectó la industria petrolera iraní, mientras persiste la sospecha de que Estados Unidos es el responsable de haber creado y lanzado en secreto armas cibernéticas contra otras naciones.

Por RICHARD LARDNER WASHINGTON / Agencia AP

El papel dual del gobierno de alertar a las empresas estadounidenses sobre estas amenazas y a la vez producir poderosas armas cibernéticas pone de manifiesto los riesgos de un efecto bumerán imprevisto.

Al contrario que una bala o un misil disparados contra un enemigo, una ciberarma que se propaga por internet podría infectar accidentalmente a computadoras que no tienen nada que ver. Es uno de los desafíos que enfrentan los creadores de estas armas y los presidentes que deben decidir cuándo lanzarlas.

La advertencia del Departamento de Seguridad Nacional sobre el nuevo virus, conocido como «Flame», aseguró a las empresas que hasta ahora no se ha descubierto ninguna infección dentro de Estados Unidos. Describió el virus como un arma del espionaje con un mecanismo que contribuye a penetrar computadoras e infiltrarse en redes empresariales o privadas. El virus puede espiar el tráfico de datos, tomar instantáneas de las pantallas y registrar sonidos y las teclas pulsadas. El departamento dijo que su origen es un misterio.

La Casa Blanca no ha formulado ninguna declaración sobre el virus.

Pero las sospechas sobre el papel del gobierno estadounidense en el uso de ciberarmas se agudizaron por un informe el viernes en el periódico New York Times. Sobre la base de fuentes anónimas, dijo que el presidente Obama ordenó en secreto el uso de otra ciberarma avanzada, conocida como «Stuxnet», para atacar los sistemas de computadoras que manejan las instalaciones iraníes de enriquecimiento de uranio. La orden fue extensión de un programa de sabotaje que, según el periódico, empezó durante el gobierno de George W. Bush.

Investigadores de seguridad privados sospechan desde hace tiempo que los gobiernos de Estados Unidos e Israel fueron responsables por «Stuxnet». Pero las descripciones detalladas que hace el Times entre Obama, el vicepresidente y el director de la CIA sobre la responsabilidad del gobierno en el «Stuxnet» es la evidencia más directa hasta ahora.