Tanto el pueblo de Argentina como nosotros y muchos países de Latinoamérica, nos sentimos tan sumidos en el dolor por la pérdida de Facundo Cabral, un ilustre personaje, un hombre, un trovador, un humanista, alguien que fue un verdadero mensajero de la paz por los lugares a donde llegaba. Realmente no tenía por qué terminar así su vida y su carrera, pues era, además, un hombre que buscaba en cada nación, en cada ser humano, la paz y el amor, ese amor que todos debemos sentir los unos por los otros.
Fredy Padilla / A -1 658223
En una de sus últimas visitas a nuestro país él dijo: «quiero terminar mi carrera aquí en Guatemala», y hubiera sido un gran orgullo para los guatemaltecos, al menos para los que conocimos su música, sus versos, sus cuentos cantados, sus anécdotas; en sí, su vida, aunque algunos nos quedamos cortos, pues tenía tanta historia que hay muchas cosas de su vida que se nos escapan, pero eso no nos hace a un lado, al contrario, por poco que sepamos de alguna persona es algo y eso nos da un acercamiento hacia los (as) cantantes que conocemos.
Como decía, honor hubiera sido el que terminara su carrera entre nosotros, pero desgraciadamente por azares del destino la terminó de mala forma, y ahora estamos en el ojo del mundo, no porque seamos culpables sino porque fue justamente aquí donde sucedió la tragedia. La hermana República de Argentina ha dicho que ninguno de sus habitantes nos guarda rencor alguno, porque así como sucedió aquí pudo ser en cualquier otro país de los que le gustaba visitar.
En una de sus canciones dice: No soy de aquí ni soy de allá, no tengo edad, ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad. Pero todos sabemos que él era de todas partes, pues al lugar que visitaba dejaba algo de su corazón y de su música. Facundo se queda entre nosotros, en su música, en la letra de sus canciones y su recuerdo vivirá siempre aquí y en todas partes de Latinoamérica, que fue su casa.
¡Hasta pronto, Facundo!