El proyecto musical Buena Vista Social Club perdió a otra de sus estrellas veteranas, Orlando «Cachaíto» López, miembro de una dinastía de bajistas de Cuba, quien murió ayer a los 76 años, informaron representantes y miembros del grupo.
El músico, sobrino del legendario Israel «Cachao» López, falleció «en un hospital de La Habana, pues lamentablemente tenía varios problemitas de salud», declaró Freddy Fernández, asistente productor de Buena Vista.
«Lo operaron de la próstata hace diez días, salió bien pero luego se complicó, no sé exactamente de qué. Una pérdida irreparable para la música cubana, es el último que quedaba de toda una dinastía de bajistas. Hablé con él hace unos días, pero su voz ya no tenía el swing», declaró Amado Valdés, timbalero de Buena Vista.
El fallecimiento del bajista es otra pérdida sensible para Buena Vista Social Club, tras la muerte de Francisco Repilado (Compay Segundo) y el pianista Rubén González en 2003, el cantante Ibrahim Ferrer en 2005 y el sonero Wilfredo «Pío» Leyva en 2006.
«Es una gran pérdida para el grupo y para la música cubana porque era tremendo bajista y tremendo compañero y músico. Como persona era excelente compañero y su calidad musical, inigualable, la verdad», dijo Manuel «Guajiro» Mirabal, trompeta del grupo.
«Cachaíto» López Vergara comenzó sus estudios con su padre Orestes López, participó activamente en la música desde que tenía tan solo nueve años y se desempeñó en orquestas de primera línea en Cuba, en 1960 formó parte de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba.
El destacado bajista compartió su carrera entre la música clásica y la popular, y fue figura de las descargas que mezclaron las improvisaciones del jazz con los ritmos afrocubanos.
También fue miembro del legendario grupo Irakere, creado por el famoso pianista Chucho Valdés, banda experimental que combina música pop, clásica, jazz, popular y afrocubana.
Su tío, «Cachao» López fue una de las figuras más legendarias y representativas de la música cubana, que falleció en marzo de 2008 en Miami a los 89 años víctima de una enfermedad renal.
Creado en 1996, el Buena Vista Social Club reunió a veteranos músicos cubanos, algunos de ellos relegados al olvido en el ocaso de sus vidas, y se convirtió en el proyecto más importante de la música popular cubana en los últimos 50 años.
El proyecto, que también integran la diva Omara Portuondo, el guitarrista Eliades Ochoa y el tresista Barbarito Torres, dio origen al álbum «Buena Vista Social Club», ganador de un Grammy en 1998, que consolidó la fama mundial de los abuelitos y del que se han vendido hasta la fecha más de siete millones de copias.
Con el álbum de Buena Vista Social Club, que dio origen al documental del mismo nombre realizado por el alemán Win Wenders, nominado al Oscar en 2000, los veteranos recorrieron escenarios de los cinco continentes, incluido el Carnegie Hall de Nueva York.