Acusaciones por escalada opositora


El gobierno de Cuba acusó a Estados Unidos de «urdir y estimular» una escalada de actos de la oposición en las calles y lo responsabilizó de las posibles «consecuencias», lo que fue interpretado por los disidentes como un preludio de mayor represión.


Un comunicado de la cancillerí­a publicado ayer enumeró una serie de actividades realizadas en las últimas semanas por disidentes y diplomáticos estadounidenses y advirtió que «no tolerará» actos en las calles por el 4 de julio, dí­a de la independencia de Estados Unidos.

«El Gobierno de Cuba reitera claramente que no tolerará la continuidad de estas provocaciones y acciones ilegales (…) y responsabiliza al Gobierno de los Estados Unidos por las consecuencias que puedan derivarse de su respuesta», señala el texto publicado en el diario oficial Granma.

En la primavera de 2003, tras publicar un inventario de actividades que tildó de «injerencistas» del entonces jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA), James Cason, el gobierno arrestó y condenó a 75 opositores, acusados de ser «mercenarios» de «una potencia extranjera», 55 de los cuales aún permanecen en prisión.

La advertencia se produce ahora en torno a la fecha nacional estadounidense, para la cual la SINA prepara una recepción que servirá de despedida al actual jefe Michael Parmly, y de bienvenida al nuevo, Jonathan D. Farrar, quien atendí­a derechos humanos en el Departamento de Estado.

En el comunicado, Cuba dijo que la SINA es «puntal de la polí­tica subversiva del gobierno norteamericano y Estado Mayor de la contrarrevolución interna», y acusó a Washington de «urdir y estimular estas y otras provocaciones» como parte de su polí­tica «dirigida a derrocar a la Revolución cubana».

Hace poco más de un mes, La Habana presentó tres programas televisivos en los cuales acusó a Parmly y otros diplomáticos de la SINA de transportar a Cuba dinero de anticastristas para la dirigente disidente Martha Beatriz Roque, la organización Damas de Blanco y otros disidentes.

Oficiales de la Seguridad del Estado explicaron entonces que era una investigación en curso, por lo que el gobierno dijo no tener previstas acciones en ese momento.

Los principales dirigentes de la disidencia en Cuba negaron ayer la existencia de planes para actos públicos mañana, incluidas las Damas de Blanco, quienes realizan frecuentes caminatas y han tratado de manifestarse en la Plaza la Revolución.

Esto «busca justificar las detenciones que están realizando en la actualidad y las que se puedan realizar en el futuro, porque no es cierto que estemos preparando ninguna actividad», dijo Laura Pollán, lí­der de esas mujeres, familiares de presos polí­ticos.

«Es una justificación para una detención masiva de los disidentes, esto no es nuevo, eso lo han hecho otras veces, es la misma táctica», opinó Roque.

Oscar Espinosa Chepe, uno los 20 disidentes excarcelados por problemas de salud, dijo que es «absurda» y «sin sentido» la alusión a actividades por el 4 de julio, y señaló que al no realizar las reformas anunciadas, al gobierno no le queda «otra alternativa para sembrar el terror, la represión».

El opositor Vladimiro Roca coincidió en que la acusación es una «justificación» para una represión, e irónicamente dijo que era la forma en que el gobierno da su «agradecimiento a la Unión Europea (UE) por haberles dejado con las manos libres», al eliminar las sanciones contra la isla en junio pasado.

Funcionarios de la SINA consultados telefónicamente dijeron no tener comentarios, aunque se esperarí­a una reacción del Departamento de Estado en Washington.