Hace algunos días, dos señores teculutecos fueron brutalmente emboscados en el kilómetro 38 de la Ruta al Atlántico, se trata de Gustavo Vargas quien murió, y de César Augusto Vargas quien salió herido. Los encargados de la seguridad del país, inmediatamente declararon que había sido un problema de narcotráfico, sin más ni más, y sin ninguna investigación.
Siendo que conozco a estos señores desde hace más o menos cincuenta años y siempre los he conocido por personas trabajadoras, me causó extrañeza dichas declaraciones, por lo que pregunté si tales declaraciones fueran verdaderas, a lo cual respondieron con indignación de que como era posible de que se manchara el nombre de personas honradas sin ninguna prueba y sin ninguna investigación previa.
Uno no puede meter las manos al fuego por la conducta de otras personas, pero en «pueblos pequeños los infiernos son grandes» y todos saben a que se dedican las personas que allí residen, siendo que nada se puede mantener oculto, por lo que es muy creíble que se haya acusado irresponsablemente a personas honestas.