Yo no me explico cómo hay personas que porque el presidente de un país viste del mismo color que la ideología de ellos, brincan a su favor y dicen que apoyan un pacto petrolero. Antes de entrar en materia quiero recordarles que si usted va a las bolsas de valores y compra deuda de Guatemala, su valor será como 95%% de su valor original, o sea que la deuda tiene valor, en cambio quiere comprar la deuda de Nicaragua, casi le dicen «Dénos lo que usted quiera», pues son consideradas incobrables, pero las nuestras están respaldadas por el prestigio de nuestro país. Eso quiere decir que nosotros sí pagamos lo que debemos.
Que nos vendan petróleo al precio internacional y que la mitad la pagamos hoy y el resto a 30 años plazo, no es ni más ni menos que la manera más hipócrita de obtener préstamos para ajustar el presupuesto, sin que nadie le llame por su verdadera palabra «Préstamo». Siempre que se discute un préstamo para fines necesarios y justificados, vemos que siempre se genera una oposición, pues de hecho se está hipotecando el futuro de nuestros hijos, pero en este caso es únicamente para tener más para gastar.
Se da cuenta que ese 50%% que no se pague hoy lo va a tener que empezar a pagar el próximo presidente, pero con la cantidad de petróleo que deje de pagar todavía va a tener saldo a su favor, pero qué pasará con el que asuma después de los 12 años en adelante, que ya pagarán más de lo que dejarán de pagar, esto es en el caso de que el crédito aún se mantenga.
En el caso de que por cualquier caso este crédito ya no se dé en un futuro cercano, los siguientes presidentes van a tener que pagar lo que esta administración se gastó.
Si el gobierno de Venezuela tiene interés en ayudar a estos países, lo que debe hacer es darnos el petróleo más barato, pues un crédito es una manera irresponsable de financiar gobiernos.