La Comisión Europea y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) firmaron hoy en Bruselas un acuerdo que refuerza su cooperación en América Latina, con la prioridad puesta en la lucha contra la pobreza y el desarrollo de las energías renovables.
«La intención es reforzar nuestra coordinación en temas tan importantes como la cohesión social, la lucha contra la pobreza y el fomento de las energías renovables», dijo la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero Waldner, tras la firma del documento con el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.
En la misma sintonía, Moreno también destacó la importancia de desarrollar proyectos vinculados con las energías renovables, afirmando que Latinoamérica se encuentra en el «corazón» de la «revolución» de ese sector que incluye a los biocombustibles, favorecida por una coyuntura mundial de precios altos del petróleo y una mayor conciencia sobre las consecuencias del cambio climático.
De todos modos, Moreno admitió que la cuestión de la pobreza «sigue siendo el centro de toda la cooperación» entre la Unión Europea y Latinoamérica, región en la que aún viven 190 millones de pobres.
Presente en la ceremonia, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, aseguró que el desarrollo de las energías renovables, como el etanol, debe ser un gran eje de cooperación, señalando que es clave para que América Latina logre «una base sólida» que sirva para reducir las desigualdades.
«América Latina está creciendo igual que la economía mundial, que está creciendo bastante más que las economías europeas. Hay unas oportunidades de desarrollo de nuevas actividades económicas que presenten una base sólida para mejorar la cohesión social, reducir las desigualdades», dijo Almunia.
«Una de esas oportunidades es el sector de las energías renovables, donde América Latina es líder, con Brasil es la cabeza», agregó.
Según explicó la Comisión Europea, el nuevo memorando de entendimiento con el BID prevé un marco estratégico de cooperación en todos los niveles para los próximo cinco años, en el marco del trabajo conjunto que ambas instituciones realizan desde 2002.
El BID ya participa del programa EUROsociAL de la Comisión Europea, lanzado en 2005 y de cuatro años de duración, centrado en el fomento de políticas públicas de educación, salud, administración de la justicia, fiscalidad y empleo.
En cuanto a nuevas iniciativas, Moreno explicó que la intención del BID es que sus oficinas ubicadas en 26 países de América Latina trabajen «proyecto por proyecto» con la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) a partir de lineamientos generales.
En efecto, el BID y el BEI firmaron en diciembre de 2004 un memorando de entendimiento para una tarea más coordinada en la provisión de financiación de obras de infraestructura regional, que debería entrar en una fase activa luego de que la banca europea decidiera en 2005 acordar un monto específico de su presupuesto a América Latina.