«Chávez vive, la lucha sigue» es el lema oficial del gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, que se proclama desde en los cuarteles hasta en las reuniones del gabinete del Ejecutivo.
Caracas, Agencia dpa
Un año después de la muerte del mandatario Hugo Chávez, que se produjo el 5 de marzo de 2013 tras una larga batalla contra el cáncer, el líder de la revolución bolivariana sigue presente en la vida de los venezolanos.
En los escenarios públicos abundan los afiches y fotografías de Chávez, los actos oficiales se inician con el himno nacional grabado en la voz del «comandante» y Maduro sigue autocalificándose como el «hijo» de Chávez.
Aunque ha pasado un año, todavía flotan en el limbo las verdaderas causas de su fallecimiento, más allá de la versión oficial de que se debió a un cáncer en la zona abdominal.
Los restos de Chávez fueron llevados al llamado Cuartel de la Montaña, un edificio adyacente a la casa de gobierno de Miraflores, donde Chávez había instalado su cuartel de operaciones en el fallido golpe de Estado de febrero de 1992.
El lugar es un sitio de peregrinación religiosa para sus simpatizantes, cuyos accesos son cerrados al público y reservados a los miembros del gobierno los 5 de cada mes, cuando le dedican una oración a su memoria.
En los alrededores del Cuartel siguen vivas las manifestaciones de fe por quien fue considerado el redentor de los pobres. En casas cercanas abundan los altares donde sus figuras son iluminadas con velas y se venden por un dólar afiches y fotografías del fallecido líder.
En sus episodios de misticismo, Maduro ha exaltado la memoria «eterna» del comandante. «Cristo redentor se hizo carne, se hizo nervio, se hizo verdad en Chávez. Hugo Chávez, en el encuentro que tuvo con este mundo, se encontró con los valores de Cristo y se compenetró con sinceridad de corazón con los valores de nuestro redentor, el Cristo de los pobres, el Cristo de los humildes, el que vino a proteger a los que nada han tenido», dijo en una de sus últimas visitas al Cuartel de la Montaña.
El gobierno que lo sucedió tras 14 años de mandato de Chávez alega ser heredero del líder y de sus tesis sobre el socialismo del siglo XXI. Sin embargo, está lidiando con escenarios distintos a los que enfrentó el fallecido mandatario, incluyendo el deteriorado cuadro económico.
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