Los activistas turcos presentaron hoy una lista de demandas al gobierno, que según ellos podría poner fin a días de protestas antigubernamentales en toda Turquía, mientras la Policía detuvo a 25 personas a las que acusaron de utilizar los medios de socialización por internet para fomentar desórdenes.
Para disminuir las tensiones, el viceprimer ministro se reunió con un grupo cuyo intento de evitar que las autoridades retiraran árboles de la Plaza Taksim de Estambul desató una oleada nacional de protestas contra el estilo del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, que consideran crecientemente autoritario.
La Policía ha utilizado cañones de agua y gas lacrimógeno en varias ciudades del país. Un grupo defensor de los derechos humanos de Ankara dijo que alrededor de 1.000 personas han resultado heridas y más de 3.300 fueron detenidas en los cinco días de protestas.
El grupo activista denunció el estilo «vejatorio» de Erdogan y pidió al gobierno que cancele los planes de reurbanización de la Plaza Taksim, así como que prohíba el uso de gases lacrimógenos por parte de la Policía, que libere de inmediato a los manifestantes detenidos y que derogue las restricciones a la libertad de expresión y asamblea.
También pidió que los funcionarios responsables de la represión, incluyendo gobernadores y mandos policiales, sean cesados de sus cargos.
Al parecer las protestas comenzaron de forma espontánea y sin cabecilla alguno. No se sabe si las decenas de miles de manifestantes accederán a la petición del grupo de que desistan.
El grupo de académicos, arquitectos y defensores del medio ambiente conocido como «Plataforma de Solidaridad de Taksim» fue formado para proteger la Plaza Taksim de una posible urbanización, que incluye la reconstrucción de un cuartel del ejército de la era otomana y un centro comercial. Las protestas comenzaron ante la indignación popular por la contundente represión policial antes del amanecer el viernes contra activistas que protagonizaban una sentada para intentar frenar los planes.
Las manifestaciones parecían haberse calmado un poco el miércoles, aunque miles de trabajadores sindicalizados en huelga por dos días iban rumbo a Taksim y el centro de Ankara.
El viceprimer ministro Bulent Arinc, que reemplaza a Erdogan durante su viaje por el norte de África, ofreció una rama de olivo a los manifestantes, pidiendo disculpas por la «errónea e injusta represión» de la sentada. Erdogan empeoró la situación al tildar a los manifestantes de «saqueadores» y extremistas y se ha negado a cancelar sus planes de urbanización de la plaza Taksim.
«Las medidas que adoptará el gobierno a partir de ahora definirán el curso de la reacción social», dijo Eyup Muhcu, director del Colegio de Arquitectos, a los periodistas tras la reunión con Arinc.