El asesinato de 25 mujeres transexuales anualmente, las disposiciones en las cárceles del país y hasta la migración, son algunos de los indicadores que la organización OTRANS-RN, considera para argumentar la intolerancia del país ante la diversidad sexual.
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Johana Ramírez, directora de OTRANS, indicó que se empieza a visibilizar la violación a los derechos humanos de este sector de la población, que históricamente ha sido víctima de violaciones, golpes y muertes. Anualmente unas 25 mujeres transexuales son asesinadas y con indicios de señales de tortura.
“Como activista en derechos humanos para la comunidad transexual y fundadora de la misma organización –OTRANS– me siento orgullosa que se esté visibilizando la violación a derechos humanos a la cual somos sujetas; por mucho tiempo hemos sido invisibilizadas por una sociedad machista, patriarcal que ha tenido fundamentalismo religioso cuando muchas de nosotras somos cristianas y creemos en Dios”, explicó Ramírez.
La entrevistada hizo alusión al fallo del Juzgado Segundo que amparó de forma provisional a dos privadas de libertad, a quienes se les cortó el cabello y se les impidió vestirse de acuerdo a su condición de mujeres transexuales.
“Creo que hubo un buen fallo. El caso es de Pavón, donde estuvieron involucradas dos mujeres trabajadoras sexuales, nosotras las abordamos para darle a conocer sus derechos y ellas fueron las que también tomaron la decisión de poner la denuncia, porque se les victimó, se les ha excluido dentro del centro penitenciario por el hecho de ser mujeres trans, los días de visita no pueden salir libremente si no portan ropa masculina, cuando ellas tienen aspecto femenino”, indicó.
La Hora publicó el pasado 12 de enero: “Ven discriminación y transfobia en disposiciones del Sistema Penitenciario”, donde se daba a conocer la situación de las dos transexuales detenidas y una circular emitida por el SP, que argumentaba que por “antecedentes relacionados a fuga”, se había tomado la decisión de que “homosexuales y lesbianas debían vestir de acuerdo a su género natural”.
INTOLERANCIA
Ramírez dice que la intolerancia de la sociedad también se ve reflejada en otros aspectos, como la falta de acceso a la educación, al empleo y otras oportunidades para las mujeres transexuales, pero esto se deriva de la situación educativa y religiosa.
“La construcción educativa, el Ministerio de Educación tiene un rol muy importante al hablar de orientación sexual e identidad de género, somos personas que sabemos amar, querer, sentimos, nos desarrollamos como cualquier otro guatemalteco o guatemalteca, se nos condena por la Iglesia por lo que está escrito en la Biblia, pero no se hace un análisis de que todos somos hijos de Dios, porque la Biblia también es muy contradictoria”, explica.
AMENAZAS
En la puerta de la organización se lee una frase con palabras soeces, que dice: “Te vamos a matar…”. El mensaje está dirigido a la directora de OTRANS, quien dice que ha recibido amenazas de intimidación por el trabajo que realiza.
“Soy víctima de amenazas, me vienen a poner cosas, me llaman de teléfonos públicos y me intimidan de una forma específica para que mi trabajo se diluya, pero no puedo dejar que estos vejámenes continúen”, refirió.
Derivado de la situación de violencia contra las mujeres transexuales, ayer se conoció que Dinamarca otorgó asilo político a Fernanda Milán, una mujer transexual que era violentada por su condición.
Sin notificación
Rudy Esquivel, portavoz del Sistema Penitenciario (SP), informó que hasta esta mañana, no habían recibido una notificación oficial del Juzgado Segundo Penal, que amparó a las mujeres transexuales a quienes se les impidió que vistieran de acuerdo a su condición. El argumento del Juzgado fue que se violaron los derechos humanos y de diversidad sexual.