Actividad pandillera trasciende a Canadá y Europa


Las actividades ilí­citas de las pandillas son un problema que a lo largo de los años ha evolucionado, a tal punto que su operación se extiende de Centroamérica y Estados Unidos, hacia Canadá y Europa, por lo que es considerado como un fenómeno transnacional.

Redacción La Hora
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Debido a la magnitud del problema, El Salvador, uno de los paí­ses centroamericanos más azotados por la presencia y actividad de los grupos delincuenciales, creó el Centro Antipandillas Transnacional, que se encarga del estudio y combate contra las actividades ilí­citas que mantienen estos grupos en diferentes paí­ses.

De acuerdo con fuentes policiales y del Ministerio Público (MP), aunque el problema ha evolucionado mayormente en El Salvador, en Guatemala y Honduras, el fenómeno empieza a agudizarse y expandirse a nivel global.

Según se ha indicado, hasta 2006 se contabilizaban 4 mil miembros de «maras» en Canadá; 20 mil en Estados Unidos; 3 mil en Mexicalli y el Distrito Federal, México; 13,500 en Guatemala; 35 mil en Honduras; 12,500 en El Salvador y 2 mil en Nicaragua, dando un resultado de 90 mil pandilleros de la Mara 18 y Salvatrucha.

El problema de expansión de ilí­citos como extorsión, robo, violaciones sexuales, tráfico ilí­cito de armas, y otros, se manifiesta en Centroamérica, mientras que en paí­ses como Suecia, España, Italia y Australia, de acuerdo con informaciones de prensa, el problema se reduce al tráfico de drogas y a conflictos callejeros.

Eso lo constató el periódico El Mundo, de España, que el pasado 4 de septiembre publicó una nota sobre las actividades delictivas que se le atribuyen a la mara Salvatrucha en Madrid.

Por otra parte, con voz de alarma el portal Soitu.es publicó el pasado 19 de marzo: «La terrible mara (pandilla) Salvatrucha originaria de El Salvador en Centroamérica ya ha llegado a Barcelona».

Por su lado, el sitio Correo-gto.com.mx, de México, informó el 11 de abril de 2008 que «los grandes cárteles mexicanos del narcotráfico están reclutando a miembros de las «maras» o pandillas juveniles de Centroamérica para enviarlos a Europa para expandir el narcotráfico».

«Los pandilleros cambiaron de imagen personal y, ya sin tatuajes y otros elementos tradicionales de su presentación, han viajado a diversas regiones de Europa con la misión de expandir el contrabando de estupefacientes», señala la publicación.

«Con ellos (los narcotraficantes) pretenden expandirse a Europa y esto demuestra que el tiempo en que las maras eran (sólo) un problema centroamericano ya se acabó», puntualizó José Manuel Martí­nez, representante de la Oficina contra la Droga y el Delito de la Organización de Naciones Unidas (ONUDD), quien fue citado en la nota.

AMENAZA

Un estudio realizado recientemente por el Centro Antipandillas Transnacional destaca que la amenaza está asociada al control regional alcanzado por las pandillas, a través de redes de comunicación y valiéndose de la vulnerabilidad fronteriza, la creación de corredores logí­sticos para el tráfico de personas, así­ como de armas y drogas, cuyo monopolio está en disputa.

«Las maras se han caracterizado por ser un fenómeno social, que puede surgir en cualquier paí­s o contexto cultural, constituyéndose como grupos con una identidad y estructura propia, cuyos objetivos a fines no necesariamente están ligados a las actividades ilí­citas», refiere.

En ese sentido, se define a las pandillas como grupos de tres o más personas con un nombre, señal o sí­mbolo en común, en el que sus miembros se dedican a realizar actividades criminales y que provocan una sensación de intimidación y miedo entre la comunidad, en un constante enfrentamiento con las reglas básicas de la convivencia social.

Estos grupos delictivos son violentos, jerarquizados y estructurados para cometer faltas menores, delitos graves y muy graves.

Reclutan niños y jóvenes, luchan por el control territorial y el de las drogas y tráfico de personas; cada vez están ligadas a grupos del crimen organizado.

EVOLUCIí“N

Actualmente, El Salvador, Guatemala y Honduras, atraviesan por una serie de hechos de violencia, generados por la actividad ilí­cita de las pandillas.

Las extorsiones al transporte, a familias, comercios y hasta a expendios de droga y prostí­bulos, son algunos de los problemas más serios a enfrentar.

Según se ha indicado este es uno de los delitos donde existe mayor evolución por parte de esos grupos delincuenciales, que mantienen redes de comunicación constante entre un paí­s y otro.

La Fiscalí­a contra Extorsiones del MP de Guatemala señala que se ha constatado que pandilleros salvadoreños y guatemaltecos mantienen constante comunicación para llevar a cabo acciones ilegales, pero principalmente para coordinar chantajes económicos.

De acuerdo con la fuente, lo preocupante del caso es aunque los pandilleros estén privados de libertad, continúan delinquiendo e intercambiando información de un paí­s a otro, sin ninguna restricción, por la falta de controles adecuados.

El entrevistado indica que los niveles de inteligencia y profesionalización de las pandillas, se deriva porque cuentan con asesores para instruirlos, además porque varios de ellos se preparan en universidades.

Por su parte, un investigador de la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC), destaca que el ingreso ilí­cito de computadoras y teléfonos a la cárcel es una de las herramientas que permite reforzar los canales de comunicación.

Representantes del Sistema Penitenciario (SP) confirman esta versión, pues el año pasado aún se incautó una computadora en el sector 11 del Preventivo para Varones de la zona 18, donde guardan prisión miembros de la Pandilla 18.

De acuerdo con la información de fuentes de investigación criminal, se sabe que pandilleros guatemaltecos extorsionan a personas de origen salvadoreño y hasta migrantes que residen en Estados Unidos.

En algunos casos, los pandilleros enví­an mensajes electrónicos donde supuestamente informan sobre premios obtenidos a los destinatarios, para que las posibles ví­ctimas se comuniquen con ellos y luego los extorsionan.

GUATEMALA

Según la DEIC, uno de los problemas que más aqueja a la población guatemalteca es la extorsión, donde cientos de personas han muerto a causa de este flagelo; las ví­ctimas principales han sido los conductores del transporte público.

Según el entrevistado, en 2007 inició el problema y evolucionó en los años recientes; este chantaje sale principalmente de las cárceles del paí­s, aunque existe un buen porcentaje de colabores que gozan de libertad.

Aunque la Pandilla-18 cuenta con mayor número de clicas (células criminales) en puntos como la zona 18, Mixco y varios departamentos es la MS-13 la que está mayormente ligada a ilí­citos con el crimen organizado, que opera en Villa Nueva, parte de la zona 18 y zona 6, entre otros.

En el caso de los miembros de esta última, prefieren mantener «bajo perfil», pues varios de ellos ya ni siquiera utilizan tatuajes, viven en colonias residenciales y «se transportan en vehí­culos de lujo».

A diferencia de los integrantes de la M-18, quienes están totalmente tatuados, viven en barrios marginales y se dedican a actividades ilí­citas menos graves que la MS-13.

EN PRISIí“N

El SP admite que esta población es una de las más conflictivas y son quienes han sido los protagonistas de motines y hechos de violencia dentro de las prisiones, por ello, supuestamente se ha implementado una polí­tica de mayor verificación y rigurosidad.

Las estadí­sticas indican que la cantidad de miembros de pandillas se incrementó significativamente con el pasar del tiempo, pues en 2007, fecha en que la extorsión perpetrada por estos grupos inició a convertirse en un serio problema para combatir, habí­a 388 hombres y 18 mujeres reconocidos como «mareros» en la cárcel.

Mientras que en 2010 guardan prisión 493 pandilleros; 367 de la M-18 y 126 de la MS-13 y otras 60 mujeres.

También se cuenta con registro de personas que supuestamente renunciaron a ser pandilleros, sin embargo, no se puede precisar si realmente también dejaron de cometer los actos ilí­citos que realizaban cuando eran miembros de gavillas.

Aunque diferentes cárceles albergan a estas personas, la mayorí­a de los mismos se concentra en la cárcel de El Boquerón, donde están recluidos los miembros de la MS-13 y en el sector 11 del Preventivo para Varones de la zona 18, donde están los de la pandilla 18.

En la cárcel de máxima seguridad Fraijanes II, están recluidos 90 pandilleros, 42 de la M-18 y 3 de la MS-13.

PREVENCIí“N Y OPORTUNIDAD

De acuerdo con las autoridades de seguridad, la prevención es la principal estrategia para evitar que más niños y jóvenes se involucren con estos grupos delincuenciales, así­ como la oportunidad de estudiar y vivir dignamente.

En el caso de Europa y Canadá, la falta de experiencia de sus autoridades sobre cómo abordar el problema es un punto débil que podrí­a ocasionar la expansión de las pandillas.

Según el oficial Néstor Diéguez, de la División de Prevención del Delito de la Policí­a Nacional Civil (PNC), mientras más niños y jóvenes gocen de respeto y oportunidad, menor será el número de pandilleros.

Por otro lado, representantes del Movimiento Social por los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Juventud, indican que el Estado juega un papel muy importante, pues es éste quien debe ofrecer oportunidades de educación y seguridad, entre otros derechos.

CARACTERíSTICAS PANDILLAS


Las pandillas poseen un código de conducta, imitan modelos del crimen organizado y las mafias, luchan por espacios en barrios y territorios, tienen capacidad para monitorear a sus grupos en su paí­s y el en extranjero, tienen filosofí­a propia: «Vivo por mi madre, muero por la pandilla»; manejan sistema de recolección de dinero, usan lenguaje y hábitos propios, mantienen constante rivalidad con otras pandillas, usan tatuajes y se organizan para su protección.

MS-13: Tiene alta capacidad y creatividad organizativa, expansión internacional, alta movilidad, ví­nculos con tráfico de armas, drogas y personas, redes de inteligencia e infiltración, objetivos precisos a corto y mediano plazo y capacidad para adaptarse al endurecimiento policial.

M-18: Disciplina interna, rigurosa, ví­nculos con tráfico de armas y drogas, red de colaboradores con bandas organizadas de secuestro y robo de bancos; ví­nculo estrecho con la mafia mexicana.

2006 UBICACIí“N


35,000 Honduras;

20,000 Estados Unidos

13,500 Guatemala

12,500 El Salvador

4 mil Canadá

3 mil México*

2,000 Nicaragua

* México DF y Mexicalli