Acotaciones a dichos y hechos


Q-La semana anterior se realizó la XII Conferencia Mundial Anticorrupción. Al margen del cinismo de varios gobernantes centroamericanos al declararse enemigos de la corrupción, cuando los hechos demuestran lo contrario, me llamó la atención la forma como reporteros y presentadores de la televisión designaron a tal actividad.

Eduardo Villatoro

Como a veces suelo cambiar constantemente de canal al mediodí­a, para comparar la información de los noticiarios, escuché decir a estos comunicadores que se estaba desarrollando «la doceava Conferencia?», en vez de decir la duodécima o la décimo segunda; porque «doceava» o «dozava» es cada una de las partes que resultan de dividir un todo en doce partes iguales. Como un pastel, por ejemplo, que si reparte equitativamente entre doce personas, a cada una le corresponde la doceava porción.

Además, un reportero repetí­a que se trataba de un «cónclave», que significa «con llave», y allí­ nadie estaba obligatoriamente encerrado, como ocurre cuando los cardenales de la Iglesia Católica eligen al Papa, v. gr.

Q-A propósito de informativos de la televisión, resulta divertido, por no emplear otro calificativo menos benigno, la forma como la presentadora Noris Barrios, de Telediario, anuncia que se interrumpirá la transmisión de noticias e invita a los televidentes » a que nos acompañen a realizar nuestra primera pausa».

Pregunto ¿una pausa se realiza, se ejecuta, se efectúa? ¿De qué forma la audiencia de ese noticiario puede acompañar a la presentadora a «realizar» una pausa? ¿No serí­a lo correcto expresar que después de una pauta comercial, no pausa informativa, continuará el siguiente segmento noticioso? Digo, pues.

Q-A estas alturas del frágil proceso de las elecciones internas en la GANA, lo mejor que podrí­a hacer el médico Francisco Arredondo serí­a declinar su participación, porque hasta el presidente Berger lo ha descalificado como válido contendiente, al afirmar que sólo es «un invitado», lo que significa que, como cualquier huésped o convidado, no tiene derecho a reclamar ni exigir. Si acaso, a usar el baño de visitas.

Para darle sazón a la falsedad de esa supuesta consulta interna, el secretario general del partido oficial y secretario privado del gobernante, Alfredo Vila, no tuvo empacho en pedirle al precandidato Arredondo que si tiene pruebas sobre presiones ilegales a favor del otro aspirante, ílvaro Aguilar, «que las presente».

¿Y las fotografí­as de los vehí­culos del Estado que publicó Siglo Veintiuno, además de los nombres de los burócratas que participaron en horas hábiles en un mitin a favor de Aguilar qué serán? ¿Tetuntes e indigentes?

Con el retiro de Arredondo se desnudará plenamente la farsa de las elecciones primarias y el fisco se ahorrarí­a cientos de miles de quetzales que el Estado gasta en el proselitismo del señor Aguilar.

Y que no me venga el señor Vila con la fábula de que le demuestre esta aseveración, porque esta clase de pisto no deja huellas.

Q-En la puerta de un motel se encuentran dos abogados miembros del comité ejecutivo de cierto partido polí­tico oficial que no es de Guatemala, y advierten que cada uno lleva a su lado a la mujer del otro.

Después de la ofuscación inicial, uno le dice a su amigo: -Estimado colega y compañero, creo que lo correcto es que mi esposa venga conmigo y que la tuya se vaya con vos en tu carro.

El correligionario repone: -Coincido con vos en que eso serí­a lo correcto, pero no lo justo, en vista de que ustedes están saliendo del motel y nosotros apenas estamos entrando.