Acoso sexual


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Al abordar este tema es mi deseo que exista una participación activa pero también respetuosa de las y los lectores. Este artículo trata de una situación que no se visualiza, no se nombra, que incluso ha sido objeto de ridiculización, sin siquiera percatarse del dolor y las secuelas que esta conlleva sobre la persona que ha sido martirizada por estas conductas de agresión sexual de carácter indeseable.

Dra. Ana Cristina Morales


La mayor parte de las personas que sufren este tipo de hostigamiento sexual son las mujeres. El cual puede darse en diferentes ambientes, pero la existencia de éste en el lugar de trabajo continúa tomando beligerancia.

La Organización Internacional del Trabajo define como Acoso Sexual: “Cualquier comportamiento verbal, psicológico o físico no deseado, dirigido contra una persona por razón de su sexo y con el propósito de atentar contra su dignidad o de crear un entorno intimidatorio, hostil, humillante u ofensivo”.

El acoso sexual en el trabajo no siempre se identifica de manera clara y en la mayor parte de ocasiones no se denuncia. Las personas que lo viven tienen temor a perder sus empleos, a ser motivo de chisme y ridículo. Además la mayoría de lugares adolecen de una política y procedimientos claros para llevarla a la práctica.

El acoso u hostigamiento sexual afecta la igualdad de oportunidades de las mujeres, quienes son la mayoría de víctimas. Se describen como elementos clave del acoso laboral: a) Un comportamiento de carácter sexual que no es deseado por la persona a la que se dirige, b) Percibido por la víctima como un factor que le crea un entorno laboral hostil y humillante, c) incide de forma negativa en las condiciones de trabajo y agrego que también en el bienestar y la salud de la persona, de su familia y de sus seres queridos.

Las conductas de acoso sexual pueden ir desde comentarios o chistes irrespetuosos, “piropos” de contenido obsceno, insinuaciones sexuales, abrazos, besos, “tocaditas”, pellizcos, arrinconamientos no deseados y la exigencia para obtener “favores” sexuales. El acoso debe ser entendido como la necesidad de la persona acosadora de sentirse con poder e importante y no como la necesidad de consumar su deseo sexual.

Chantaje Sexual. Las personas acosadoras ocupan una posición laboral jerárquicamente superior, lo que condicionan el empleo de la víctima, sus condiciones de trabajo, el acceso a formación, a continuar trabajando, a su promoción en puesto y salario.

El Acoso Sexual Ambiental. Las personas acosadoras fomentan un ambiente laboral hostil, intimidatorio, ofensivo y humillante para quien sufre el acoso. Puede ser realizado por personas de igual o superior categoría.

La víctima de manera frecuente es una mujer, con horarios no rigurosos de trabajo, y que ostentan una realidad que las hace vulnerables. Presiones económicas, ser madres solteras, entre otras.

El perfil de la persona acosadora ha sido descrito de la siguiente manera: hombre mayor de 40 años, casado, con una vida familiar y sexual insatisfactoria, con necesidad de autoafirmación y control. Usualmente tiene una categoría superior a la acosada. 

En el artículo de hoy no pretendo abordar toda la complejidad del tema, pero sí realizo una invitación a que en los comentarios las personas que lo lean y consideren que se encuentran viviendo o han tenido una experiencia con este abuso, logren expresar su sentir y pensar. Con la finalidad de compartir un dolor que posiblemente lleven a solas, y les alivie acompañarse de las demás y que se visualice un problema que hasta ahora es intangible.