El presidente de China, Hu Jintao, inició hoy una visita de tres días a Rusia centrada en la cooperación energética y comercial entre ambos países, que firmarán contratos por hasta 4 mil millones de dólares.
Durante esta visita, que tiene lugar un año después de la del presidente ruso Vladimir Putin a Pekín, «habrá un intercambio sobre las relaciones bilaterales y las cuestiones de actualidad internacional y regionales», declaró Hu Jintao al llegar a Moscú, citado por la agencia Ria Novosti.
Este viaje tiene lugar en el marco de un acercamiento entre los dos poderosos vecinos, en particular sobre las cuestiones internacionales frente a la superpotencia norteamericana.
Los dos mandatarios –que se reunirán hoy mismo en el Kremlin– discutirán la crisis nuclear iraní. El sábado pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó nuevas sanciones contra Irán, que se niega a suspender sus actividades nucleares sensibles.
«Todas las sanciones son reversibles y todavía es posible resolver la cuestión iraní de forma política», declaró hoy el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Kisliak, citado por la agencia Itar-Tass.
La nueva resolución, adoptada por unanimidad por los 15 miembros del Consejo, prevé un embargo sobre las compras de armas a Irán. También incluye restricciones financieras y comerciales, así como a los viajes de determinadas personalidades iraníes vinculadas al programa nuclear.
Putin y Hu probablemente se limitarán a simples consultas, sin tomar decisiones formales, según los expertos. Sin embargo, la prensa rusa se mostró alarmista hoy, estimando que una operación militar contra Irán era inminente.
Los dos presidentes «seguramente se consultarán (mutuamente) sobre la posición a tomar si se agrava la crisis iraní», declaró Andrei Riabov, un experto político del Centro Carnegie de Moscú.
«Pekín y Moscú tienen intereses demasiado divergentes en Irán para mantener una posición común coordinada. El primero compra petróleo en Irán y el segundo tiene allí intereses vinculados con la energía atómica», explicó.
Los dos jefes de Estado también firmarán varios contratos comerciales y de inversiones por un monto que podría llegar a los 4 mil millones de dólares en los sectores petrolero, inmobiliario, naval y del acero.
Las relaciones económicas entre Rusia y China aumentaron en los últimos años, sobre todo en materia energética, mientras las autoridades chinas tratan de asegurarse el suministro de gas y petróleo en los principales países productores para aprovisionar a su fuerte crecimiento industrial.
En este contexto, las empresas de ferrocarriles rusa y china concluirán un acuerdo sobre el transporte de petróleo, afirma hoy el diario ruso Kommersant.
A nivel comercial, los intercambios de mercaderías aumentaron 43% en 2006, a 29 mil millones de dólares (21 mil millones de euros), según la aduana rusa. Por su parte, las estadísticas chinas señalan 34 mil millones de dólares, 15% más que en 2005.
Los dos presidentes también participarán en la ceremonia de apertura del año de China en Rusia.
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Podría ser el valor de los acuerdos energéticos entre China y Rusia